AMERICA LATINA EN LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX
LA SITUACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL HASTA 1930: LA ECONOMÍA AGROEXPORTADORA
En la primera mitad del siglo XX
la economía de los países de América latina fue pasando de la
agroexportación a la industrialización sustitutiva de importaciones.
La economía agroexportadora
(también conocida como modelo de crecimiento hacia fuera se aplicó en
América Latina desde su independencia en la primera mitad del siglo XIX
hasta los años 30 del siglo XX.
En este período los países de
América Latina exportaban materias primas, como productos agropecuarios y
minerales, hacia los países industrializados de Europa, especialmente
Inglaterra, y hacia EEUU. A su vez importaban los productos
industrializados desde aquellos países y también recibían desde ellos
las inversiones de dinero necesarias para aumentar la producción o
mejorar los transportes y comunicaciones.
El desarrollo económico de los
países latinoamericanos se debió al interés de los países
industrializados que actuaban según sus necesidades: necesitaban las
materias primas para sus industrias y mercados donde vender los
excedentes de la producción de sus fábricas. Los intentos de
modernización en América Latina también se hicieron por interés de las
potencias extranjeras, por ejemplo la instalación de ferrocarriles, que
se hizo para poder llevar más rápido y en mayor cantidad las materias
primas desde el interior de los países hasta los puertos donde se
exportaban.
Los países de América Latina se
especializaron en la producción de uno o pocos productos por cada país;
esto se conoce como monoproducción. En el caso de ser productos
agrícolas se le llama monocultivo.
El historiador brasileño Celso Furtado clasifica a los países monoproductores de América Latina en tres tipos:
Exportadores de productos
agrícolas de clima templado (Argentina y Uruguay) Tenían grandes
extensiones de tierra dedicadas a la producción agrícola y ganadera.
Exportaban cueros, lanas, carne y trigo.
Exportadores de productos
agrícolas de clima tropical (la mayoría de los países latinoamericanos,
como Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador, los países de América Central
y el Caribe y en parte México) Por estar ubicados en zona tropical su
clima los hacía aptos para determinados cultivos (café, cacao, caña de
azúcar, tabaco, bananas, etc) cuya producción se vendía a Europa y EEUU.
Como las potencias europeas también obtenían estos productos de sus
colonias en Africa, los precios de venta eran generalmente bajos y la
abundante población campesina que trabajaba en las plantaciones vivía en
la miseria
Exportadores de minerales (grupo
formado por Chile, Perú, Bolivia, México y luego se sumó Venezuela al
comenzar a explotar el petróleo) En estos países fueron necesarias
importantes inversiones de dinero de los países industrializados para
poder explotar los minerales y hubo una importante concentración de mano
de obra en las zonas donde se ubicaban los yacimientos.
La monoproducción tenía
consecuencias negativas para los países latinoamericanos: al depender
sus exportaciones de uno o escasos productos, el ingreso de dinero por
las ventas al exterior se podía ver afectado, ya que los países
compradores podían ser pocos y si alguno dejaba de comprar disminuían
las ventas. Si el precio de ese producto bajaban también descendía el
dinero que ingresaba al país.
En el caso del monocultivo las
consecuencias negativas eran aún mayores: al cultivar el mismo producto
en el mismo suelo, este se iba debilitando y la producción disminuía.
También sucedía que casi todas las tierras o las mejores se dedicaban
para plantar el cultivo que se exportaba y se descuidaban los cultivos
para alimentar a la población local, provocando el hambre.
Los más beneficiados con la
economía agroexportadora eran las oligarquías, los dueños del poder
económico y político. Se trataba de un grupo cerrado de familias que
ocupaban los cargos de gobierno, eran propietarios de las tierras y eran
los exportadores de lo que sus tierras producían. Desde el gobierno
impusieron el liberalismo económico, permitiendo el libre comercio con
el exterior que tenía como consecuencia la libre importación de
productos manufacturados. La oligarquía mantenía muy buenas relaciones
con las potencias industriales porque sus intereses eran comunes y se
beneficiaban mutuamente: las potencias obtenían las materias primas que
necesitaban y las oligarquías les vendían esas materias primas. La
modernización que se hizo en las últimas décadas del siglo XIX estrechó
los vínculos: las potencias invertían dinero en mejoras que permitían
explotar mejor las materias primas y por lo tanto beneficiar a las
oligarquías.
Políticamente las oligarquías
latinoamericanas impusieron democracias muy limitadas, con un derecho al
voto muy restringido, excluyendo a la mayoría de la población. De esa
manera se aseguraban mantenerse en el gobierno y a través de las leyes
defender sus intereses económicos. Tenían una visión negativa de las
clases populares, especialmente de los campesinos, a quienes
consideraban ignorantes e incapaces de gobernarse por si mismos.
LA SITUACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL ENTRE 1930 Y LOS AÑOS 60: LA IDUSTRIALIZACIÓN
Como consecuencia de la crisis
económica iniciada en EEUU en 1929, los países de América Latina
exportaron menos cantidad y a menor precio, ya que sus habituales
compradores, Europa y EEUU, limitaron las importaciones.
El descenso de los ingresos de
dinero a los países latinoamericanos hizo que el pago de las deudas
externas fuese más difícil. Una de las medidas tomadas para enfrentar
los pagos de la deuda fue la reducción de las importaciones. Los
gobiernos de la región impusieron tasas arancelarias altas para mejorar
los ingresos estatales. Esto limitaba las importaciones. A esta medida
se sumó una devaluación de las monedas, lo que encarecía los productos
importados.
Por todas estas razones, las
burguesías latinoamericanas encontraron la ocasión favorable para
invertir capitales en la producción de bienes manufacturados, es decir,
crearon nuevas industrias y por lo tanto aumentó el número de empleos.
Este impulso se acentuó sobre todo en países como México, Argentina,
Brasil, Chile, Colombia y Perú. Hubo entonces un crecimiento del sector
industrial orientado a satisfacer la demanda interna de productos
industrializados que antes se importaban. A este proceso se le conoce
como industrialización por sustitución de importaciones (modelo ISI o
crecimiento hacia adentro).
Por la crisis y los cambios
económicos que la siguieron, las sociedades latinoamericanas sufrieron
grandes cambios. Al tiempo que se detenía casi por completo la llegada
de inmigrantes desde Europa, los problemas económicos obligaron a
emigrar hacia la ciudad a importantes sectores de población rural.
Hacia 1930 la población
latinoamericana era predominantemente rural. Esta situación comienza a
cambiar a partir de ese año: se observa un crecimiento de algunas
ciudades en desmedro del campo y de las ciudades más chicas que se
convierten en expulsoras de sus habitantes. En un primer momento las
migraciones del campo a la ciudad se explican por la crisis que afectó a
los sectores agropecuarios. Luego se agrega la tecnificación de la
producción agrícola y el atractivo del mejor sueldo en las industrias
que se creaban en las ciudades. En 1925 el 62% de la población
trabajadora estaba ocupada en el campo; en 1945 esa cifra se había
reducido a 45%.
Pero los puestos de trabajo que
ofrecía la ciudad eran inferiores a la cantidad de migrantes campesinos,
lo que contribuyó a mantener bajos los salarios. La consecuencia fue
que se formaron áreas muy pobres, dentro y alrededor de las ciudades,
caracterizadas por la precariedad de la vivienda. Estos asentamientos de
población mostraban con claridad las enormes diferencias económicas que
separaban a los sectores populares que vivían en ellos, de los sectores
medios y altos, que comenzaron a buscar nuevas ubicaciones para sus
confortables viviendas.
TRANSFORMACIONES POLÍTICAS: LOS POPULISMOS
Se llama populismo a algunos
movimientos políticos desarrollados en América latina en los años 30 y
40, que se caracterizaron por su oposición a las oligarquías, su rechazo
a los partidos tradicionales, su falta de ideas definidas y la búsqueda
del apoyo popular. En lo económico impulsaron la intervención del
estado, el proteccionismo a las industrias y denunciaron el imperialismo
a que eran sometidas las economías nacionales.
En cada país donde se dieron los
populismos, las características fueron variando, pero en general se
puede decir que respetaron el sistema de elecciones y el voto universal,
aunque fueron gobiernos “fuertes” con un dominio absoluto del aparato
estatal, restricciones a las libertades individuales y culto al líder.
Los gobiernos populistas tomaron
medidas “populares” destinadas a ganarse la simpatía de la población y
obtener el apoyo electoral. El populismo en América Latina es un
fenómeno político que se desarrolló después que el sufragio se hizo
universal y por lo tanto el voto de las amplias mayorías decidía quien
gobernaba. Los líderes populistas usaron un lenguaje entendible por las
masas y en muchos casos apelaron al discurso emocional y a decir
aquellas cosas “que el pueblo quería escuchar”.
Las medidas que favorecieron a
los sectores populares y a las clases medias (aumentos salariales, salud
pública, extensión de la educación, etc) no solo se tomaron para
obtener votos sino con un fin económico: mejorar el nivel de vida y el
poder adquisitivo de grandes sectores de la población para tener un
mercado interno que consumiera la producción nacional. La industria
sustitutiva de importaciones necesitaba ese mercado; su vez esas
industrias generaban empleo para esos mismos sectores de población. Para
algunos historiadores en el populismo se produce un “acuerdo” entre la
burguesía industrial y las masas obreras: la burguesía industrial ganaba
al aumentar sus ventas y los obreros se beneficiaban al tener trabajo y
mejores salarios.
Otra características de los
populismos fue la existencia de un líder carismático, un dirigente que
contaba con capacidad de mando y era seguido ciegamente por la
población. Los líderes populistas no pertenecían a los sectores
populares, pero se entendían muy bien con ellos. Algunos líderes fueron
militares (Juan D. Perón en Argentina, Lázaro Cárdenas en México), otros
eran periodistas (Haya de la Torre en Perú) o integrantes de la pequeña
burguesía (Getulio Vargas en Brasil). Poseían cierto nivel cultural,
pero se manejaban con un lenguaje sencillo facil de comprender por un
electorado poco instruido. La extensión del sufragio a las masas
populares fue una de las causas del populismo, ahora la política ya no
era resuelta por unos pocos “doctores” o los generales sino que los
sectores populares podían decidir con su voto. A esos sectores se
dirigieron los lideres populistas.
El populismo carecía de
definición ideológica y se proclamaba antisocialista y anticapitalista.
Pero en realidad ni salieron del sistema capitalista ni lo reformaron
demasiado, y en varios casos detuvieron el avance de los sectores de la
izquierda marxista tanto a nivel político como sindical. Los populistas
establecieron medidas de protección hacia los trabajadores, pero el
movimiento obrero quedó sometido al poder político y fue hábilmente
manipulado.
Los ejemplos típicos de
gobiernos populistas fueron: Juan Domingo Perón en Argentina (desde 1946
a 1955), Getulio Vargas en Brasil (desde 1946 a 1954) y Lázaro Cárdenas
en México (desde 1934 a 1940)
UN EJEMPLO DE POPULISMO: EL PERONISMO
Orígenes del peronismo.- En 1931
un golpe militar puso fin al gobierno de Hipólito Irigoyen
representante del Partido Radical. En los años 30 hubo una sucesión de
gobiernos militares y civiles con una tendencia conservadora. En 1943 un
nuevo golpe volvió a poner a los militares al frente del gobierno
argentino. El nuevo gobierno militar designó como Ministro de Trabajo al
coronel Juan Domingo Perón, dando origen a su carrera política.
La industrialización que se
estaba dando en Argentina, favorecida por la Segunda Guerra Mundial,
había provocado cambios sociales importantes: por un lado el surgimiento
de una burguesía vinculada a la industria, nacionalista y partidaria de
mantener una política exterior independiente y neutral. Por otro lado
el crecimiento de la clase obrera, engrosada por el traslado de
habitantes de las provincias hacia Buenos Aires (los “cabecitas
negras”).
En el ejército surgió un grupo
de oficiales jóvenes que coincidía con la burguesía en sus aspiraciones
nacionalistas y desarrollistas, siendo partidarios de colocar las
producciones básicas bajo el dominio del estado para mantener la
independencia económica. Esos oficiales formaron una logia dentro del
ejército, el GOU, Grupo de Oficiales Unidos, que tuvo activa
participación en el golpe de 1943. Perón, que pertenecía al GOU, comenzó
a ser conocido por las medidas que tomó desde el Ministerio de Trabajo
que favorecían ala clase trabajadora argentina: estatuto del peón rural,
normas de protección al trabajo de los obreros, congelación de los
precios.
La popularidad de Perón no fue
bien vista por los sectores más conservadores del ejército que,
impulsados por los sectores económicos poderosos contrarios a las
medidas de protección a los trabajadores, destituyeron a Perón y lo
encarcelaron en octubre de 1945. La embajada de EEUU, que consideraba a
Perón peligroso por su nacionalismo y lo acusaba de fascista, vio con
simpatía su alejamiento del poder.
Pero una gran manifestación popular realizada el 17 de octubre, logró que Perón fuera liberado.
El gobierno militar convocó a
elecciones y Perón, que había estado organizando a los sectores
trabajadores, se presentó como candidato del Partido Justicialista.
Enfrentó a una alianza de los demás sectores políticos y los derrotó,
usando hábilmente la propaganda al plantear su gobierno como única
alternativa ante la creciente influencia norteamericana. Utilizando a su
favor la intromisión en los asuntos argentinos del embajador de EEUU,
Braden,(que públicamente se había pronunciado contra Perón) la
publicidad justicialista planteaba “Braden o Perón”.
El primer gobierno peronista
(1946-51).- La Iglesia, el Ejército y el movimiento sindical fueron las
organizaciones en las que se apoyó el peronismo. La Iglesia vio en Perón
la figura capaz de lograr un equilibrio social y controlar a los
obreros evitando su “izquierdización”.
El ejército no estuvo unido en
su apoyo a Perón, pero este logró que la mayor parte los respaldara
aumentando su presupuesto. Se crearon fábricas militares para construir
desde aviones hasta automóviles.
El principal apoyo vino del
movimiento sindical. Hasta la llegada de Perón al Ministerio de Trabajo,
los obreros carecían de organización; los gremios tenían pocos
integrantes y la mayoría de los trabajadores, de origen rural, no
comprendían ni seguían a los dirigentes anarquistas, socialistas y
comunistas. Con Perón surgió un nuevo sindicalismo, vinculado al Partido
Justicialista y al poder. Se creó una central para unir a todos los
sindicatos: la CGT (Confederación General de Trabajadores), cuyos
dirigentes recibían cargos y beneficios económicos formando una
“aristocracia” sindical.
Los trabajadores recibieron
muchos beneficios, pero debían permanecer fieles a las orientaciones del
gobierno. El control del sector sindical, permitía al gobierno mantener
la paz a social que los inversores exigían. El peronismo se manifestaba
antioligárquico, antiimperialista, pero también antimarxista y no creía
en la lucha de clases.
Los aspectos más importantes de la obra realizada por el peronismo fueron:
- La estatización del Banco Central, los ferrocarriles, los teléfonos, el gas y la aviación.
- El estado controló el comercio
exterior, decidiendo que productos se importaban y cuales no. Además el
estado compraba la producción agrícola a los productores y la revendía
al exterior.
- Se estimuló el desarrollo de la aviación, la marina mercante nacional y la industria, especialmente la industria liviana
- En materia social se
concretaron mejoras en la situación de los trabajadores: aumentos
salariales, vacaciones pagas y aguinaldo.
En cuanto al régimen político,
fue autoritario. El sistema educativo dependió del gobierno. En los
libros escolares se realizó un culto a la personalidad de Perón y su
esposa, Evita. La universidad perdió autonomía. Los derechos
individuales fueron limitados. Se establecieron restricciones o
simplemente se eliminó a la prensa opositora.
El segundo gobierno peronista
(1952-55) y su caída.- Para las elecciones de 1952, se postuló
nuevamente Perón. La CGT quería que fuera acompañado por su esposa como
candidata a la vice-presidencia. Eva Duarte, llamada popularmente Evita,
había sido un importante apoyo en el primer gobierno peronista; incluso
antes, cumplió un papel trascendente en la organización de la
manifestación popular que devolvió a Perón la libertad (el 17 de octubre
de 1945, celebrado por lo peronistas como Día de la Lealtad). Durante
la primera presidencia de Perón se encargó del Ministerio de Trabajo,
realizando muchas obras de ayuda hacia los trabajadores, las mujeres y
los ancianos. La obra fue usada demagógicamente por la propaganda
peronista, resaltando la personalidad de Evita como “abanderada de los
humildes”. En la propaganda se ponía énfasis en su origen humilde, una
“cabecita negra” que no negaba sus orígenes, aunque no ocultaba su gusto
por las joyas, las pieles y los costosos vestidos.
La propuesta de que Evita fuera
la vicepresidenta no prosperó, en parte por la grave enfermedad que
tenía, (un cáncer que le provocó la muerte en 1952) y en parte por la
oposición de los sectores más conservadores del peronismo y del
ejército.
Aunque triunfó con el 60% de los
votos, la segunda presidencia de Perón debió enfrentar serios
problemas. Como pasó con otros gobiernos populistas de A. Latina, la
situación internacional ya no era tan favorable para la economía. Frente
a la crisis el gobierno redujo los salarios y, abandonado su postura
nacionalista y antiimperialista, abrió la economía argentina al capital
extranjero (por ejemplo yacimientos de petróleo entregados a la Standard
Oil).
El régimen perdió el apoyo de la
Iglesia Católica al aprobar la ley de divorcio y retirar la enseñanza
religiosa de las escuelas públicas. El enfrentamiento se hizo más duro
cuando sectores radicales del peronismo quemaron iglesias tras un
fracasado golpe militar en febrero de 1955.
A pesar de que la CGT siguió
siendo el apoyo principal, algunos sindicatos, como los metalúrgicos,
escaparon al control del gobierno y realizaron huelgas. La falta de
Evita se hizo sentir.
En setiembre de 1955, el general
Lonardi encabezó un levantamiento militar. Perón no opuso resistencia,
renunció y se marchó a un confortable exilio.
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