miércoles, 2 de octubre de 2013

Evolución política del Uruguay en 1960

Evolución Política en Uruguay en la década de 1960

LA EVOLUCIÓN POLÍTICA EN LOS SESENTA

LAS ELECCIONES DE 1958
La dureza de la crisis económica que se abatió sobre el Uruguay a partir de mediados de la década del 50 y cuya manifestación más irritante a nivel popular fue la inflación, erosionó la imagen del “quincismo” y de su líder Luis Batlle. No debe extrañar que en las elecciones de noviembre de 1958 el Partido Nacional obtuviera el triunfo luego de casi un siglo de no tener el poder ejecutivo en sus manos.
Una vez más los partidos llamados tradicionales se presentaron divididos en varias corrientes internas (sublemas y listas). En el Partido Nacional había tres grandes grupos: la alianza de Herrera y Nardone (herreristas-ruralistas), la Unión Blanca Democrática (UBD) y los “intransigentes”. En el partido Colorado también se distinguían tres sectores: la lista 15 de Luis Batlle, la lista 14 de Cesar Batlle Pacheco y la lista 16. Un grupo de colorados encabezados por Alberto Demichelli votó fuera del lema colorado.
En el triunfo del Partido Nacional incidió, además del desprestigio del anterior gobierno colorado, el aporte en votos que hizo el ruralismo dirigido por Benito Nardone (Chicotazo). Nardone había iniciado su actividad pública como gremialista rural teniendo enorme repercusión en el medio rural a través de su programa en CX4 Radio Rural donde realizaba duras críticas al sector político bajo el seudónimo de “Chicotazo”.Su prédica se dirigía contra el estatismo y los vicios que había originado (burocracia, clientelismo político, etc), reclamando que el gobierno atendiera la situación de los habitantes del campo. En 1951 convocó a un congreso de delegados de agremiaciones rurales y se formó la Liga Federal de Acción Ruralista. Esta organización primero actuó como grupo de presión económica y luego tomó un carácter político aliándose a los sectores más conservadores de los partidos tradicionales. Su campaña radial se encaminó a atacar al batllismo quincista que tenía en ese momento la mayoría del Consejo Nacional de Gobierno y, finalmente, en 1958, Nardone realizó una alianza con Luis Alberto Herrera apoyandolo en las elecciones.
Pero a un mes escaso de haberse efectuado las elecciones la alianza entre herrerismo y ruralismo comenzó a deteriorase por discrepancias en la orientación que se le daría al gobierno y por el reparto de cargos. A comienzos del año 1959, el diario herrerista “El Debate” calificaba a Nardone de “intruso” y “comadreja colorada” haciendo alusión a la militancia de Nardone en el Partido Colorado en su juventud.

EL PRIMER COLEGIADO BLANCO Y LA REFORMA ECONOMICA
El nuevo gobierno, que asumió en marzo de 1959, trajo un cambio radical en sus concepciones económicas y sociales aplicando un modelo liberal en lo económico y tratando de desarticular el estado benefactor creado por el batllismo. Estos cambios de rumbo se concretaron el la Ley de Reforma Cambiaria y Monetaria presentada por el Ministro de Hacienda Juan Eduardo Azzini y que fue aprobada en le Parlamento en diciembre de 1959.
La reforma consistió en:
a) la supresión del sistema de cambios múltiples y los tratamientos cambiarios preferenciales que se venía aplicando como parte del modelo neobatllista. Se argumentaba que ese sistema era incompatible con la libreimportación que el nuevo gobierno quería instaurar y además había provocado la descapitalización del Bando República por vender dólares baratos a los importadores de maquinarias para las fábricas. El nuevo sistema permitía la fijación del valor de las monedas por la oferta y la demanda. Al implantarse este sistema se elevó el valor del dólar de 4 a 11 pesos.
b) la libre importación, eliminándose el control a las importaciones.  Se aclaraba que la libre importación alcanzaba incluso a los productos suntuarios y que sobrevivirían aquellas industrias nacionales que fueran eficientes, desapareciendo aquellas que se habían mantenido gracias a la protección estatal. Azzini señalaba que el sistema de cuotas o permisos de importación que otorgaba el gobierno había beneficiado a determinados importadores que tenían un monopolio y que en muchos casos se aprovechaba el dólar barató que se daba a algunos tipos de importación, para introducir mercadería que luego se vendía a otros países y no quedaba en Uruguay.
c) la eliminación de los subsidios a la producción agrícola, que había practicado el neobatllismo fomentando cultivos que luego se industrializaban: trigo, lino, girasol, remolacha, etc. Se argumentaba que los subsidios endeudaban al estado.
d) disminución de la cantidad de oro del peso uruguayo, lo que en los hechos significó una devaluación, medida que favoreció al sector rural exportador que recibió más pesos por las dólares provenientes de las exportaciones.
¿Cuál fue el resultado de la Ley de Reforma Cambiaria y Monetaria?
En primer lugar aumentaron las importaciones lo que permitió superar las carencias que existían de algunos productos. La libre importación (que no fue total porque se mantenían barreras aduaneras), la eliminación de los dólares baratos para las importaciones de maquinaria, materia prima y combustibles y la devaluación del peso, perjudicaron a las industrias nacionales que no pudieron competir con los productos extranjeros que ingresaban a Uruguay.
El aumento de las importaciones (60% entre 1959 y 1962) mantuvo el déficit de la balanza comercial y contribuyó a aumentar la deuda externa, ya que hubo que recurrir a préstamos del exterior. Hasta el momento se habían usado las reservas acumuladas en el país durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea, pero se agotaron y hubo que recurrir a los préstamos.
Otra consecuencia de la reforma fue el aumento de la cantidad de bancos que ahora podían dedicarse a la compra y venta de moneda extranjera.


Esta reforma económica seguía las orientaciones dadas por el Fondo Monetario Internacional, del cual había llegado una misión en el mes de julio, pocos meses antes de la reforma. El FMI se creó al finalizar la Segunda Guerra Mundial con el objetivo de procurar que los países mantuvieran un equilibrio en sus balanzas de pagos. En caso de desequilibrio el FMI actúa para que esos países obtengan financiación, pero a cambio esos países deben firmar una “carta de intención” donde se comprometen a cumplir con las recomendaciones que aquel organismo les da. Esa especie de “receta económica” que el FMI establece para los países, consiste en : tener un sistema de cambio de moneda único y librado a la oferta y demanda, libertad para las importaciones y para el ingreso de capital extranjero, contención de los salarios por debajo de los precios, supresión del proteccionismo, estímulo a la actividad privada y no intervención del estado en la economía. Además, los países que reciben los préstamos y firmen las cartas intención, deben permitir las visitas del FMI para controlar el cumplimiento de dichas recomendaciones.
En setiembre de 1960, poco más de un año después de la primer visita del FMI, el gobierno uruguayo, con mayoría herrerista, firmó la primera carta de intención. La oposición parlamentaria pidió explicaciones al ministro Azzini. Este respondió que el gobierno mantenía su independencia en materia económica a pesar del acuerdo con el FMI. Sin embargo ni a la oposición ni a la opinión pública se les escapaba la coincidencia de las medidas tomadas por la Ley de Reforma Cambiaria y las propuestas del FMI.
La situación económica provocó una mayor agitación social sucediéndose las huelgas como las del transporte, ANCAP, UTE, Frigorífico Nacional y ferroviarios entre otros. En algunos casos el gobierno reaccionó tomando medidas prontas de seguridad y reemplazando a los trabajadores en huelga por funcionarios militares. Los Consejos de Salarios, donde patrones y trabajadores negociaban los sueldos y las condiciones de trabajo, siguieron funcionando, llegandose a algunos acuerdos como los de la industria textil.
Al aumentar los conflictos el herrerismo intentó reglamentar la actividad sindical, lo que en los hechos significaba su limitación. El intento fue rechazado por la UBD, el batllismo y la izquierda.

LAS ELECCIONES DE 1962
Para las elecciones de 1962 se produjeron realineamientos en los partidos. En el Partido Colorado un sector de los seguidores de Luis Batlle se desprendieron de la lista 15 y formaron la lista 99. Su principal dirigente era Zelmar Michelini y reivindicaban los contenidos tradicionales del batllismo que entendían se habían opacado en el último gobierno colorado. Michelini había sido dirigente sindical de los bancarios y diputado desde 1954. Utilizaba un lenguaje radical y renovador y chocaba con los sectores más conservadores del P. Colorado. Planteaba la necesidad de una mejor distribución de la riqueza, cambios en la tenencia de las tierras y el antimperialismo.
Un intento de acercar a la lista 15 con la 14 fracasó y ambas llevaron sus propios candidatos. En la 15 Luis Batlle seguía siendo la figura dominante y la 14, que pasó a llamarse “Unión Colorada y Batllista” llevaba como figura principal al General Retirado Óscar Gestido.
En el Partido Nacional tras la muerte de Luis Alberto de Herrera, en 1959, el herrerismo se dividió. Un sector dirigido por Eduardo Víctor Haedo y Alberto Heber, hicieron una alianza con la UBD. Otro sector, encabezado por Martín Etchegoyen mantuvo la alianza con Nardone. Un tercer grupo, la lista 41 de Enrique Erro, salió del Partido Nacional y realizó un acuerdo con el Partido Socialista.
En la izquierda se produjeron novedades. Tanto socialistas como comunistas realizaron una política de alianzas con sectores desprendidos de los partidos tradicionales. El Partido Socialista abandonó su postura moderada y cercana a la socialdemocracia europea para volcarse a posturas nacionalistas y antimperialistas, rechazando su tradicional política de conseguir pequeñas reformas por una línea revolucionaria y leninista, cuyo principal ideólogo era Vivián Trías.  Este proceso de radicalización, que se dio en muchos grupos políticos latinoamericanos, estuvo influenciado por la Revolución Cubana. A las elecciones se presentó en un alianza con un sector separado del P. Nacional y bajo el nombre Unión Popular.
Por su parte el Partido Comunista en su decimoctavo congreso, celebrado en agosto de 1962, proclamó la necesidad de “una unidad sin exclusiones” para aglutinar fuerzas políticas que estuvieran dispuestas a llevar adelante una “revolución agraria antiimperialista y emprender el camino del socialismo”. Con algunos pequeños grupos desprendidos de blancos y colorados formó el FIDEL (Frente Izquierda de Liberación).
La Unión Cívica, que en 1958 había perdido un tercio de su electorado, se dividió. Un sector mantuvo el nombre y su tradicional postura católica conservadora, mientras que otro sector se acercó a las ideas de izquierda y pasó a llamarse Partido Demócrata Cristiano.
Las elecciones realizadas el 24 de noviembre de 1962 volvieron a dar la victoria al Partido Nacional pero con un margen más ajustado que en 1958. Dentro de este lema el sector más votado fue el del acuerdo de la UBD con Haedo y Heber.

EL SEGUNDO COLEGIADO BLANCO
La labor del segundo colegiado blanco se vio paralizada por la búsqueda de acuerdos para poder tener mayorías en el parlamento y por los enfrentamientos dentro del propio partido gobernante (enfrentamiento de herreristas y ubedistas, separación del Movimiento de Rocha de la UBD, etc). Estas múltiples divisiones, agravadas por el fallecimiento de Nardone y de Fernández Crespo, líderes del ruralismo y de la UBD respectivamente, debilitaron al gobierno que no pudo hacer frente al deterioro de la economía.
La división de los partidos tradicionales en corrientes y listas asumía características cada vez más complejas. Para gobernar se requería entrar en negociaciones para lograr apoyo y esos acuerdos implicaban, generalmente, un reparto de cargos.
Para obtener respaldo en las cámaras y aprobar el presupuesto, la UBD tuvo que recurrir al apoyo de la lista 99 (colorada) y del Partido Demócrata Cristiano. La interpelación a los ministros blancos de Hacienda (Salvador Ferrer Serra) y de Ganadería (Wilson Ferreira Aldunate) por los propios senadores blancos, demuestra el grado de diferencias que había dentro del partido gobernante.
Durante el segundo colegiado blanco, en 1963, se dio a conocer el informe de la Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE). Esta había sido creada en 1959 con el objetivo de que hiciera un análisis de los problemas del Uruguay y recomendar soluciones. La CIDE hizo un diagnóstico del estancamiento económico encontrando sus causas en:
-el estancamiento del agro provocado por el latifundio, el minifundio y la falta de tecnología.
-la falta de competencia de la industria nacional que dependía de insumos importados (combustibles, maquinaria) y que producía para un mercado interno pequeño.
-el enfrentamiento de los grupos de presión para mantener o mejorar su situación.
- la inflación.


Las causas del estancamiento no eran coyunturales sino estructurales; sólo un cambio de la estructura económica, y especialmente de la explotación agropecuaria, podía revertir la situación, según el informe.
El análisis y las propuestas de la CIDE se enmarcaban dentro de la teoría “desarrollista” que en esos años se difundió en América Latina y que tenía entre sus impulsores a la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL) y al economista argentino Raúl Prebisch. Esta teoría económica se centraba en la necesidad de planificar el desarrollo de los países. Las exitosas experiencias de economía planificada de los países socialistas y de algunos países de Europa Occidental en la posguerra, servían de ejemplo.
La CIDE propuso un plan de desarrollo cuyo primer paso era lograr un acuerdo entre los empresarios, los sindicatos y el gobierno para mantener fijas durante un años las tarifas públicas, los salarios y los precios . Luego se debían encarar reformas a fondo empezando por una reforma agraria ( con distribución de tierras y apoyo tecnológico), y siguiendo por la reforma del sistema bancario, la educación y la seguridad social. Una de las figuras destacadas del colegiado blanco, el Ministro de Ganadería Wilson Ferreira Aldunate, presentó en octubre de 1964 un plan de “vuelta al campo”, que incluía un proyecto de reforma agraria. La Asociación Rural se manifestó en contra y el proyecto, como otras de las reformas propuestas por la CIDE, no fue aprobado.

PROFUNDIZACIÓN DE LA CRISIS ECONOMICA Y SOCIAL
En el año 1965 la situación económica y social empeoró. En primer lugar se hicieron sentir las consecuencias de una intensa sequía que perjudicó al sector agropecuario. Por otra parte se produjo una crisis bancaria que provocó la quiebra del Banco Regional y del banco Transatlántico.
El estancamiento agropecuario. La crisis del sector agropecuario se venía arrastrando desde mediados de la década del 50. Durante el primer colegiado blanco (1958.1962) se había intentado abandonar el dirigismo estatal implantandose una política con orientaciones del liberalismo económico, pero no se había logrado salir de ese estancamiento. Durante el segundo colegiado blanco (1962-1966) se intentó aplicar el proyecto de la CIDE de orientación desarrollista, pero el resultado tampoco era bueno, más teniendo en cuenta que parte del proyecto ni siquiera se aplicó.
Del estudio realizado por la CIDE se desprendía que el crecimiento de la producción agropecuaria entre 1959 y 1961 era del 1,6% anual; se necesitarían 44 años para que la producción se duplicara. El mayor desarrollo se había dado en la agricultura para industrializar: lino, girasol, arroz, etc. En cuanto a la ganadería se había estancado la producción de ganado para carne, había crecido muy poco la producción de lana y el mayor crecimiento correspondía a la lechería. Desde hacía varias decenas de años el ganado vacuno estaba en alrededor de 8 millones de cabezas.
Cada vez era más evidente el atraso tecnológico y la mala distribución de las tierras. En Uruguay una res necesitaba entre 4 y 5 años para estar apta para faenar y la tasa de reproducción anual era de 56% (72% era en Argentina y 85% en Australia). Para obtener una tonelada de carne en el frigorífico, se necesitaba mantener en pastoreo 26 vacunos, mientras en Argentina bastaba con 17 animales. En cuanto a la tenencia de la tierra se mantenían el latifundio y el minifundio.
Los problemas de la industria.   La reforma cambiaria de 1959 le había quitado a la industria parte de la protección que recibía del estado. En 1963 la industria producía la mitad de lo que le permitía su capacidad. Había bajado la producción y por lo tanto también habían bajado las oportunidades de empleo. A haber menos empleo había menos consumo y como la industria producía para el mercado interno, descendía el consumo y en consecuencia seguía bajando la producción.
Las industrias dinámicas, que se habían desarrollado en base al proteccionismo del estado durante el neobatllismo, fueron las que tuvieron más problemas, especialmente las industrias del caucho, la metalúrgica y las de fabricación de equipos eléctricos.
En los años 60 se observan las siguientes características de la industria uruguaya:
a) en las industrias tradicionales predominaban establecimientos grandes con gran concentración de trabajadores, mientras en las industrias dinámicas predominaban los establecimientos medianos (menos de 100 trabajadores) o pequeños (menos de 20 trabajadores).
b) escasa importancia de la industria nacional en las exportaciones, con la excepción de la industria de la carne y de la lana.
c) mantenimiento de técnicas tradicionales y bajos niveles de eficiencia de las instalaciones, lo que reducía la calidad de los productos y su competitividad.
El desarrollo de los bancos y las actividades especulativas.   A partir de la reforma cambiaria impulsada por el ministro Azzini durante le primer colegiado blanco, se multiplicó la cantidad de bancos instalados en Uruguay. En 1963 había 63 bancos privados con cerca de 500 sucursales en todo el país. Esta cifra era desproporcionada teniendo en cuenta la población que tenía el Uruguay. Promedialmente había un banco cada 4.500 habitantes, mientras en Argentina había uno cada 14.000 habitantes. Además se instalaban otro tipo de negocios financieros conocidos como “casas bancarias”, cuyo funcionamiento no estaba regulado por la ley y por lo tanto carecían de control.
Gran parte de las actividades realizadas por los bancos privados y las casas bancarias giraban en torno a la especulación:
a) especulaban con la compra y venta de moneda extranjera.


b) intermediaban en la especulación de otros, otorgando créditos a los estancieros mientras estos retenían sus productos y no los exportaban presionando al gobierno para que devaluara la moneda nacional. Los grandes productores almacenaban la lana en los galpones y obtenían el préstamo para continuar sus actividades y el gobierno que necesitaba que se hicieran las exportaciones para que ingresara moneda extranjera que se volcaba al pago de las importaciones, debía ceder devaluando el peso uruguayo. De esta manera los estancieros exportadores obtenían mayor cantidad de pesos uruguayos por los dólares que recibían de su exportación. La devaluación también le servía a los bancos que especulaban con la compra y venta de moneda extranjera.
c) eran el vehículo a través del cual se producía la fuga de capitales, es decir la salida del país para invertir en otros países de dinero obtenido en la producción dentro del Uruguay. Ese dinero no se reinvertía dentro del país (por ejemplo mejorando la tecnología o pagando mejores salarios a la meno de obra calificada) sino que se enviaba a través de los bancos hacia el exterior, generalmente a depositar en lugares donde se pagaba mayor interés por los depósitos.
Las actividades especulativas sin freno en medio del estancamiento del país provocaron una crisis bancaria. En abril de 1965 uno de los bancos privados más importantes, el Banco Transatlántico, no pudo hacer frente a sus compromisos y quebró. El temor de que se produjera una corrida de los depositantes para retirar sus depósitos en otros bancos (porque a la caída del Banco Transatlántico podía seguirla la caída de otros) llevó al estado a intervenir varios bancos y establecer que el Banco República sería garantía de los depósitos hechos en los bancos privados. Los bancos permanecieron cerrados durante dos semanas para evitar los retiros de depósitos. También se establecieron mayores controles sobre las operaciones de los bancos. El resultado fue que disminuyó la cantidad de bancos, pero no la especulación que se concentró en menos manos y sobretodo en casas bancarias extranjeras con filiales en Uruguay que se vieron menos afectadas por la crisis bancaria.
Problemas sociales.  Mientras los precios subían (88% en 1965) los salarios bajaban. Tomando como base 100 en el año 1957, el salario real bajó a 80 en 1966. Mientras algunos sectores privilegiados aumentaron sus ingresos en forma permanente, otros, como las clases medias y bajas, que tenían ingresos fijos (salarios), sufrieron el impacto de la inflación. Comenzó a difundirse el trabajo “informal” al margen de la legalidad, la subocupación y el doble empleo para poder complementar los salarios bajos. En los alrededores de Montevideo se empezaron a ver asentamientos precarios, “los cantegriles”, donde proliferaba la miseria que era engrosada por la permanente migración del interior hacia la capital buscando mejores condiciones de vida.
El “éxodo rural”, traslado de población hacia las ciudades, y en el caso de Uruguay especialmente hacia Montevideo, se mantuvo y acentuó en esos años. En 1950 la población rural era el 20% de la población total del país. En 1960 había descendido al 15% y diez años después, en 1970 bajó al 11%.
La organización sindical había progresado tanto entre los obreros industriales como entre los “cuellos blancos” o sea los trabajadores de oficinas, como bancarios, funcionarios públicos, etc. A fines de la década del 50 se reinició el diálogo entre las diversas organizaciones sindicales tratando de formar una central única que reuniera a todos los sindicatos para lograr mayor fuerza en sus reivindicaciones. Esta central única se concretó en 1964 con la formación de la Convención Nacional de Trabajadores (CNT).
En el interior y en las zonas rurales la sindicalización de los trabajadores era difícil y existía una fuerte represión realizada por los sectores patronales. Quines intentaban formar sindicatos eran despedidos y circulaban “listas negras” con nombres de sindicalistas que no eran tomados para ningún empleo. A pesar de esto se hicieron esfuerzos para lograr la organización en aquellos lugares donde se concentraban cantidades considerables de trabajadores. Un ejemplo es la creación de la UTAA, Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas, integrada por los cañeros que trabajaban en la recolección de caña de azúcar en el norte del país. La UTAA organizó varias “marchas de cañeros” hacia la ciudad de Montevideo para dar a conocer sus malas condiciones de vida.
También los estudiantes se movilizaban a través de la FEUU, Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay, reclamando no sólo por todo aquello que los afectaba como estudiantes sino por transformaciones económicas y sociales. Llevaron acciones conjuntas con los sindicatos de trabajadores poniendo en práctica la consigna “obreros y estudiantes unidos y adelante”.

LA REFORMA CONSTITUCIONAL Y LAS ELECCIONES DE 1966
Los sectores políticos predominantes, al no hallar solución a la crisis, culparon a la constitución de los males del país y se plantearon su reforma. La población, que había recibido con frialdad la reforma anterior, la del año 1952, no sentía atracción por el sistema colegiado y lo veía como un organismo irresoluto, donde se discutía mucho y se resolvía poco. Por lo tanto desde diversos sectores políticos se impulsó la reforma de la constitución.
En las elecciones de noviembre de 1966 se presentaron cuatro proyectos de reforma, conocidos por el color de la papeleta con los que se votaba:


- la reforma amarilla iniciada por algunos sindicatos y apoyada por el Partido Comunista que proponía volver al Poder Ejecutivo unipersonal, eligiendose el presidente en hojas separadas a las de diputados y senadores, y eliminaba las medidas prontas de seguridad para quitarle poder al presidente.
- la reforma gris inicialmente presentada por el Partido Nacional y que proponía volver al Poder Ejecutivo unipersonal aumentando los poderes del presidente y limitando algunos de los derechos individuales.
-la reforma rosada presentada inicialmente por el Partido Colorado, también proponía volver al ejecutivo unipersonal y aumentaba los poderes del presidente, pero fue dejada de lado al lograrse un acuerdo entre sectores colorados y blancos que dio origen al cuarto proyecto de reforma:
- la reforma naranja que fue que obtuvo el apoyo de la mayoría de los votantes (el 75% de quienes votaron). La reforma establecía significativos cambios en el Poder Ejecutivo: se eliminó el Consejo de Gobierno y se volvió al sistema unipersonal, o sea un Presidente, que sería electo cada 5 años y no podía ser reelecto. Acompañaban al presidente en su actuación un ministro, varios de ellos o el Consejo de Ministros.
La nueva constitución amplió las potestades del Poder Ejecutivo. Le dio la iniciativa exclusiva para presentar leyes referidas al orden económico y financiero del país (por ejemplo para aumentar el número de empleos públicos, aumentar los gastos del estado), la posibilidad de vetar leyes aprobadas por la Asamblea General (veto que ésta podía levantar pero con 3/5 de legisladores). Además el presidente podía enviar proyectos de ley de “urgente consideración” a la Asamblea y ésta tenía un plazo perentorio para rechazarlos, sino quedaban automáticamente aprobados. También incrementó el control del poder Ejecutivo sobre los entes autónomos.
El mismo día que se plebiscitó la reforma constitucional se celebraron las elecciones para elegir presidente. Continuaba acrecentandose la división la fragmentación interna de los partidos tradicionales: los colorados presentaron cinco candidaturas a la presidencia y los blancos tres. Bajo el mismo lema, blanco o colorado, se presentaban tendencias muy distintas y hasta contradictorias.
En el Partido Colorado el sublema Unión Colorada y Batllista (ex-lista 14), llevaba como candidato a la presidencia a Óscar Gestido, general retirado que había logrado el respaldo de la opinión pública por su buena administración como director de PLUNA y de AFE. Por su parte la lista 15 postulaba a Jorge Batlle quien tenía una propuesta económica liberal alejada del tradicional batllismo y de la propuesta original del quincismo fundado por su padre Luis Batlle Berres. La lista 99 postulaba a Zelmar Michelini quien se mostraba partidario de la planificación estatal y aplicar políticas de mayor justicia social. Había otras dos candidaturas coloradas que eran partidarias de mantener el sistema colegiado del Poder Ejecutivo: Amílcar Vasconcellos y Justino Jiménez de Aréchaga.
En el Partido Nacional se presentaban como candidatos a la presidencia: Martín Etchegoyen por una alianza de ex-ubedistas, herreristas y ruralistas; Alberto Gallinal por el Movimiento Nacional de Rocha y Divisa Blanca; Alberto Heber por el herrerismo.
En los partidos de izquierda también se observó la fragmentación y el Partido Socialista concurrió a las elecciones con dos tendencias: una moderada encabezada por Emilio Frugoni y otra más radical que proponía como presidente a José Pedro Cardozo. Como en el año 1962 se presentó una coalición de grupos encabezados por el Partido Comunista bajo el lema FIDEL.
Los sectores cristianos también fueron divididos: un sector más cercano a la izquierda (el Partido Demócrata Cristiano) y otro conservador (el Movimiento Social Cristiano).
Las elecciones del 27 de noviembre de 1966 dieron ganador a Óscar Gestido, interpretandose este hecho como la búsqueda de una autoridad fuerte ( por la formación militar del candidato) y una administración seria (por sus antecedentes en la administración de PLUNA y AFE).
Gestido designó un consejo de ministros que mostraba la ambiguedad de la política a seguir; había un desarrollista como Luis Faroppa en la Oficina de Planeamiento y un liberal como Carlos Vegh Garzón en el Ministerio de Economía. El aumento de la inflación provocó movilizaciones populares y la respuesta de Gestido fue implantar las medidas prontas de seguridad, lo que significaba suspender los derechos individuales. Esto provocó la renuncia de una parte de los ministros. El 23 de octubre Gestido anunció modificaciones importantes en la economía: se designó ministro a Cesar Charlone (había sido ministro de Gabriel Terra) y se decretó una fuerte devaluación del peso. Enseguida llegó al país una misión del Fondo Monetario Internacional. Parecía que Gestido iba a incluir a Uruguay en la política económica fondomonetarista.
Pero no tuvo tiempo de ver su obra porque el 6 de diciembre de 1967 falleció, cuando apenas hacía seis meses que había asumido la presidencia.

El Estancamiento productivo del Uruguay

URUGUAY. Estancamiento económco y crisis social

EL ESTANCAMIENTO PRODUCTIVO DEL URUGUAY

Los años de la Segunda Guerra Mundial y los inmediatos fueron de buenos resultados económicos. Los países aliados compraban las materias primas que Uruguay exportaba a muy buenos precios y como estaban en guerra  no podían vendernos muchos productos industrializados, por lo que nuestro país disminuyó las importaciones. Por eso Uruguay tuvo varios años de balanza comercial favorable, acumuló divisas y tenía deudas a cobrar.

            Este bienestar económico permitió llevar adelante la industrialización sustitutiva de importaciones, mejorar los salarios y crear nuevos empleos, con lo cual creció el mercado interno de consumo, elevó el nivel de vida en general y hubo menos conflictividad laboral. O al menos así lo publicitaba el gobierno.
            Pero  la situación fue cambiando a mediados de los años cincuenta. Algunos factores externos, más otros internos terminaron con el crecimiento económico. Entre los factores externos hay que tener en cuenta:
            a) La recuperación de Europa después de la guerra y el proceso de unidad europea que llevó a los países europeos a comprarse entre ellos y no importar.
            b) La política de EEUU de proteger su producción y exportación agropecuaria, que perjudicó a Uruguay porque no solo le dificultó las exportaciones hacia EEUU, sino que este le quitó mercados. La producción estadounidense creció tanto que debió exportar sus excedentes a bajo precio (con subsidios del estado que le pagaba a los productores) desplazando a los países exportadores de materias primas agropecuarias y provocando la disminución de los precios.. Además la política proteccionista de EEUU impedía el ingreso de las lanas lavadas y peinadas (tops) uruguayas, que tenían mayor valor y creaban más trabajo que la venta de lana sucia.
            En lo que se refiere a los factores internos es evidente que se produce un estancamiento en la producción, tal como lo muestran los números. En la ganadería no aumenta la cantidad de ganado y en la industria, luego de un crecimiento rápido (sobretodo  de las industrias no tradicionales o sea no vinculadas a los alimentos, cuero y lana) se produce un estancamiento.

INTERPRETACIONES DEL ESTANCAMIENTO

 

            La crisis económica y social iniciada a mediados de los años 50 en Uruguay fue interpretada de diferentes maneras. Los diversos sectores económicos y políticos y sus inclinaciones ideológicas llevaron a observar causas diferentes en la crisis y por lo tanto también a buscar diferentes soluciones. Podemos distinguir al menos tres interpretaciones:
            A) La neoliberal sostenida por los sectores ganaderos y bancarios, auspiciada por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y que a nivel político fue defendida por los llamados sectores conservadores como el Herrerismo, el Ruralismo de Benito Nardone y algunos sectores del P: Colorado como la lista 15 dirigida por Jorge Batlle luego de la muerte de Luis Batlle Berres.
            B) La desarrollista, basada en las ideas del economista argentino Raul Prebisch y difundidas por la CEPAL (Comisión Económica para América Latina, organismo de las Naciones Unidas) y que en Uruguay tuvieron su principal defensor en la CIDE. Este organismo, Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico, fue creado por el gobierno uruguayo en 1959 con el fin de coordinar proyectos de inversión. En 1962 se ampliaron sus recursos y tareas para realizar una investigación sobre la situación económica y social del país. Políticamente su posición será defendida por los sectores batllistas tradicionales del P. Colorado (Vasconcellos, Flores Mora) y por el Movimiento por la Patria y el Movimiento de Rocha en el P. Nacional.
            C) Una tercera interpretación es la vinculada ideológicamente a la teoría de la dependencia, difundida en los años 60 y que hacía hincapié en que el estancamiento productivo de países como Uruguay era consecuencia de un sistema económico mundial que dividía a los países en centro (dominantes) y periferia (dependientes, subordinados). Esta interpretación tuvo adherentes en los movimientos de liberación del Tercer Mundo, en momentos en que se producía la descolonización de Africa y en los nuevos movimientos de izquierda creados en América Latina. En Uruguay fue la posición teórica del Instituto de Economía de la Facultad de Economía de la Facultad de la República y políticamente fue defendido por los sectores de izquierda.
            La interpretación neoliberal.-
Para la visón neoliberal la causa principal de este estancamiento de la producción está en que el gobierno ha descuidado la producción ganadera. Y la razón de este descuido es que el gobierno tiene una orientación urbana en sus políticas económicas, trata de satisfacer a los sectores de la ciudad y especialmente a las industrias a las que estimula en detrimento de la ganadería. Esa orientación urbana de los gobiernos (el documento no lo dice pero sin duda se refiere a los gobiernos batllistas) ha llevado a:
1) Poner impuestos altos a las exportaciones ganaderas, El informe considera que los impuestos a la exportación ganadera se han hecho con dos objetivos: a) recaudar más dinero para el estado que lo necesita por sus gastos; b) para que se exporte menos carne de la que se podría exportar y esa carne se vuelque al mercado interno, abaratando su precio (subsidio al consumo).
2) Limitar excesivamente los precios internos de la carne para permitir el mejor consumo de la población,
3) Excesiva cantidad de funcionarios públicos que provoca un importante gasto para el estado en salarios lo que lleva al gobierno a poner demasiados impuestos a los productores que no se sienten estimulados para hacer nuevas inversiones.
Por estos motivos los estancieros no invierten en praderas porque la tasa de retorno de la inversión (la ganancia que pueden obtener) es menor a la mitad de lo necesario para introducir esas mejoras.
El estado ha priorizado las industrias sustitutivas de importaciones y la producción agrícola. Pero faltan industrias destinadas a manufacturar producción agropecuaria para exportar y la producción agrícola (cereales, oleaginosos) representan una baja proporción de la producción y no puede competir con los precios de otros países para ser exportada (ausencia de ventajas comparativas). Se sugiere no seguir subsidiando ni a la agricultura ni a las industrias y que ese dinero se destine al apoyo de la ganadería.
Quienes estaban de acuerdo con este análisis proponían como solución al estancamiento:
- Una menor intervención del estado en la economía y reducir los gastos del estado para disminuir el déficit fiscal.
- Que el gobierno diera más incentivos a lo productores ganaderos (menos impuestos).
- Diversificar las exportaciones para incluir industrias que trabajen con productos ganaderos y desarrollar servicios como el turismo
- Realizar una reforma impositiva disminuyendo impuestos a las exportaciones e importaciones, rebajar los  impuestos que pagaban las empresas. 

La interpretación desarrollista (o cepalina).-

Esta interpretación señala que la principal causa del estancamiento económico se debe al estancamiento de la producción ganadera. Los principales ingresos de dinero al Uruguay se deben a la exportación de productos ganaderos y estos han disminuido por hubo un aumento del consumo interno y hay menos excedentes para exportar. Antes de la Segunda Guerra Mundial Uruguay exportaba el 40% de la producción agropecuaria, en los años 60 exportaba la cuarta parte de ese porcentaje. Esas exportaciones no fueron sustituidas por otras, por lo tanto hay un descenso en las ventas al exterior.
Si la producción agropecuaria no ha crecido es por un insuficiente desarrollo de ese sector. Desde comienzo del siglo XX el país ha incorporado a la producción todas las tierras aptas para ser trabajadas, por lo tanto los aumentos de producción no se originaran en la incorporación de más tierras sino en el mejor uso de los suelos o en cambios en la forma de usarlos (producción intensiva que permita obtener más producción por hectárea).
Por ejemplo la ganadería se sigue haciendo con pastoreo extensivo en praderas naturales. En 1965 las praderas artificiales y mejoradas abarcaban sólo 300 mil hectáreas frente a 15 millones de hectáreas de praderas naturales. Un mejor uso y más intensivo del suelo permitiría un crecimiento de la producción. Además debe hacerse un uso racional del suelo. El uso de maquinaria en la agricultura extensiva genera mano de obra desocupada que emigra hacia las ciudades
Loas productores rurales invierten poco y además no se invierte para mejorar técnicamente la producción (praderas para el ganado, semillas, fertilizantes) y obtener mejores resultados, sino en casas, galpones, alambrados, maquinarias que no solucionan el problema de baja productividad. Los fertilizantes se usan poco: solo el 10% de los cultivos y el 1% de la ganadería los utilizan. No hay control de plagas ni mejoras en las semillas.
La interpretación desarrollista considera que la falta de inversiones no se debe a que el sector agropecuario no tenga buenos ingresos económicos, porque los precios han evolucionado favorablemente. Los precios han crecido más que los gastos y el costo de la mano de obra. Tampoco hay problemas de financiación ya que es relativamente fácil obtener créditos bancarios que permitan hacer los cambios necesarios. ¿Cuál es entonces la causa del estancamiento de la producción agropecuaria? Según un informe de la CIDE del año1967 es un problema de estructuras: la desigual distribución de la propiedad de la tierra. El 60% de las empresas rurales son minifundistas y poseen el 12% de las tierras. El 3% son latifundistas y poseen el 50% de las tierras. Los latifundistas tienen superficies excesivamente grandes como para hacer un uso adecuado del suelo y no tienen estímulos para mejorar ya que obtienen altos ingresos sin necesidad de cambios.
Por lo tanto era necesario proceder a una importante reforma en la propiedad de la tierra que dividiera los latifundios en propiedades más chicas y que el estado, a través del Ministerio de Ganadería y Agricultura promoviera el desarrollo y la investigación científica para aumentar la producción

La interpretación de la teoría de la dependencia.-

 

Esta interpretación considera que la economía del Uruguay se desarrolla dentro de en un mundo capitalista donde se articulan dos tipos de países: los dominantes y los dependientes. Por lo tanto la situación económica uruguaya está condicionada por esa relación.
Los sostenedores de esta interpretación Indicaban que el estancamiento agropecuario no era nuevo. El estancamiento en la ganadería se produce en los años 20. A partir de esa década la producción ganadera crece a una tasa del 1% anual, mientras la población crece a una tasa de 1,3%, o sea crece más la población que la producción del campo.
Al tratarse de una producción que se da dentro del sistema capitalista debe tomarse en cuenta la mentalidad capitalista del ganadero: su objetivo es apropiarse de la plus-valía (obtener el máximo de ganancia). Para saber si una producción da ganancia hay que observar en primer lugar los precios que se pueden obtener de la venta de esa producción. Los productores ganaderos uruguayos no fijan los precios de sus exportaciones; dependen de precios internacionales. Estos precios dependen de los países dominantes, que son los que compran la producción ganadera que Uruguay exporta. Además hay que tener en cuenta los intermediarios también manejados por los países dominantes (transporte, seguros, etc).
En segundo lugar hay que observar los costos de producción (lo que el productor debe invertir para producir), Como en el Uruguay se mantiene la ganadería extensiva, no hay inversiones en mejoras tecnológicas, los costos son bajos, por lo tanto los ganaderos uruguayos pueden competir con facilidad en el mercado internacional y sus ganancias son importantes (hay un nivel alto de apropiación de plus-valía), sin necesidad de hacer más inversiones.
Otra situación ha tener en cuenta es que muchos de los productores rurales no son propietarios sino arrendatarios de campos y esto también incide en la falta de inversiones. Hay dos tipos de explotación ganadera: a) la directa realizada por el propietario de la tierra: b) la que realiza un arrendatario que alquila tierra para hacerlas producir. Teniendo en cuenta los riesgos de una explotación directa (inversiones de dinero, precios de venta adecuados, créditos bancarios, desastres naturales, conocimientos tecnológicos, etc), muchos propietarios prefieren arrendar su campo teniendo un ingreso fijo seguro. En este caso el propietario no realiza innovaciones para mejorar la producción porque no es él el que produce directamente y tampoco las realiza el arrendador porque la tierra no es de su propiedad y esas inversiones dan resultado a largo plazo y el arrendamiento es a corto plazo. El arrendador prefiere arrendar más campo antes que hacer innovaciones como las praderas artificiales, manteniendo la producción extensiva.
También se analiza el estancamiento industrial como consecuencia de la dependencia. Un estudio del Instituto de Economía, publicado en 1970, se preguntaba como era posible desarrollar industrias en un país dependiente como era el Uruguay. Consideraba que esto fue posible gracias a varios factores. En primer lugar el Uruguay contaba con mano de obra en cantidad y calidad suficiente antes de 1930 por la migración desde Europa (mano de obra calificada o semi-calificada) y desde el campo hacia la ciudad (mano de obra no calificada pero abundante que formaba un “ejército de reserva” para las industrias).
Otra causa de la industrialización del Uruguay fue la existencia de capitales procedentes del excedente ganadero. Eran capitales que el sector ganadero obtenía de sus ventas al exterior y que no reinvertía en el campo. Esos capitales se vuelcan al sistema bancario y terminan financiando la industrialización.
Otro factor que permitió desarrollar las industrias fue el proteccionismo del estado que eliminó la competencia de los productos importados. Para el Instituto de Economía esto fue posible por los cambios acontecidos en el mundo capitalista luego de la crisis de 1929 cuando hay un replanteo de las economías tanto en los países dominantes (keynesianismo) como en los dominados (por ejemplo la aplicación del modelo de crecimiento hacia adentro en América Latina de la que Uruguay es parte).
Pero esta industrialización tiene una importante limitación desde su arranque: como en todo país dependiente este desarrollo industrial es tardío, se realiza en un momento en que la producción de maquinaria es monopolizada por los países desarrollados que, mediante la colonización directa e indirecta (neocolonialismo) habían anulado toda posibilidad de desarrollo industrial autónomo. Mientras los países dominantes tuvieron un proceso largo de maduración de sus industrias Revolución Industrial y científica en los siglos XVIII y XIX), los países dominados no han tenido posibilidades de un proceso de maduración interno para decidir que tecnologías usar y como.
La industrialización significó una mejora en el poder adquisitivo de la población y un cambio en las importaciones sustituyendo bienes de consumo. Pero no cambió las exportaciones que siguieron siendo de productos agropecuarios.
Para esta interpretación las industrias sustitutivas de importaciones entraron en un periodo de estancamiento debido a razones estructurales:
- la dependencia tecnológica al no poder generar su propia tecnología (medios de producción),
- el mercado interno pequeño que se satura rápidamente e imposibilita mayor rentabilidad,
- la imposibilidad de exportar la producción industrial por la las relaciones de dependencia (la división internacional del trabajo: los países dominantes son los que venden la producción más rentable).
En definitiva el estancamiento de la economía uruguaya no se debía a factores coyunturales, del momento, sino a factores estructurales: la forma de producción capitalista, y salir del estancamiento no dependía sólo de lo que el gobierno de Uruguay pudiera hacer internamente, sino de romper la dependencia con los países centrales.