martes, 24 de septiembre de 2013

América Latina desde 1929 a 1973

PRIMERA PARTE:LA SITUACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL ENTRE 1929 Y LOS AÑOS 50


EL MODELO DE CRECIMIENTO HACIA ADENTRO
Como consecuencia de la crisis económica iniciada en EEUU en 1929, los países de América Latina exportaron menos cantidad y a menor precio, ya que sus habituales compradores, Europa y EEUU, limitaron las importaciones.
El descenso de los ingresos de dinero a los países latinoamericanos hizo que el pago de las deudas externas fuese más difícil. Una de las medidas tomadas para enfrentar los pagos de la deuda fue la reducción de las importaciones. Los gobiernos de la región impusieron tasas arancelarias altas para mejorar los ingresos estatales. Esto limitaba las importaciones. A esta medida se sumó una devaluación de las monedas, lo que encarecía los productos importados.
Por todas estas razones, las burguesías latinoamericanas encontraron la ocasión favorable para invertir capitales en la producción de bienes manufacturados, es decir, crearon nuevas industrias y por lo tanto aumentó el número de empleos. Este impulso se acentuó sobre todo en países como México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú. Hubo entonces un crecimiento del sector industrial orientado a satisfacer la demanda interna de productos industrializados que antes se importaban. A este proceso se le conoce como industrialización por sustitución de importaciones (modelo ISI o crecimiento hacia adentro).
La Segunda Guerra Mundial acentuó este proceso industrializador en América Latina, porque fue necesario producir artículos que ya no se podían importar del continente europeo arrasado por la guerra.
Luego de la guerra la industrialización tuvo una justificación teórica en las ideas de la CEPAL (Comisión económica para América Latina, organismo dependiente de las Naciones Unidas). Bajo la dirección del economista argentino Raúl Prebisch, la CEPAL recomendaba a los países latinoamericanos la industrialización acelerada como forma de obtener el desarrollo. Estas ideas también se conocen como “estructuralismo” por que planteaban la necesidad de cambiar las estructuras económicas para lograr el desarrollo económico y el progreso social.
Por la crisis y  los cambios económicos que la siguieron, las sociedades latinoamericanas sufrieron grandes cambios. Al tiempo que se detenía casi por completo la llegada de inmigrantes desde Europa, los problemas económicos obligaron a emigrar hacia la ciudad a importantes sectores de población rural.
Hacia 1930 la población latinoamericana era  predominantemente rural. Esta situación comienza a cambiar a partir de ese año: se observa un crecimiento de algunas ciudades en desmedro del campo y de las ciudades más chicas que se convierten en expulsoras de sus habitantes. En un primer momento las migraciones del campo a la ciudad se explican por la crisis que afectó a los sectores agropecuarios. Luego se agrega la tecnificación de la producción agrícola y el atractivo del mejor sueldo en las industrias que se creaban en las ciudades. En 1925 el 62% de la población trabajadora estaba ocupada en el campo; en 1945 esa cifra se había reducido a 45%.
Pero los puestos de trabajo que ofrecía la ciudad eran inferiores a la cantidad de migrantes campesinos, lo que contribuyó a mantener bajos los salarios. La consecuencia fue que se formaron áreas muy pobres, dentro y alrededor de las ciudades, caracterizadas por la precariedad de la vivienda. Estos asentamientos de población mostraban con claridad las enormes diferencias económicas que separaban a los sectores populares que vivían en ellos, de los sectores medios y altos, que comenzaron a buscar nuevas ubicaciones para sus confortables viviendas.

TRANSFORMACIONES POLÍTICAS: LOS POPULISMOS
Se llama populismo a algunos movimientos políticos desarrollados en América latina en los años 30 y 40, que se caracterizaron por su oposición a las oligarquías, su rechazo a los partidos tradicionales, su falta de ideas definidas y la búsqueda del apoyo popular. En lo económico impulsaron la intervención del estado, el proteccionismo a las industrias y denunciaron el imperialismo a que eran sometidas las economías nacionales.
En cada país donde se dieron los populismos, las características fueron variando, pero en general se puede decir que respetaron el sistema de elecciones y el voto universal, aunque fueron gobiernos “fuertes” con un dominio absoluto del aparato estatal, restricciones a las libertades individuales y culto al líder.
Los gobiernos populistas tomaron medidas “populares” destinadas a ganarse la simpatía de la población y obtener el apoyo electoral. El populismo en América Latina es un fenómeno político que se desarrolló después que el sufragio se hizo universal y por lo tanto el voto de las amplias mayorías decidía quien gobernaba. Los líderes populistas usaron un lenguaje entendible por las masas y en muchos casos apelaron al discurso emocional y a decir aquellas cosas “que el pueblo quería escuchar”.
Las medidas que favorecieron a los sectores populares y a las clases medias (aumentos salariales, salud pública, extensión de la educación, etc) no solo se tomaron para obtener votos sino con un fin económico: mejorar el nivel de vida y el poder adquisitivo de grandes sectores de la población para tener un mercado interno que consumiera la producción nacional. La industria sustitutiva de importaciones necesitaba ese mercado; su vez esas industrias generaban empleo para esos mismos sectores de población. Para algunos historiadores en el populismo se produce un “acuerdo” entre la burguesía industrial y las masas obreras: la burguesía industrial ganaba al aumentar sus ventas y los obreros se beneficiaban al tener trabajo y mejores salarios.
Otra características de los populismos fue la existencia de un líder carismático, un dirigente que contaba con capacidad de mando y era seguido ciegamente por la población. Los líderes populistas no pertenecían a los sectores populares, pero se entendían muy bien con ellos. Algunos líderes fueron militares (Juan D. Perón en Argentina, Lázaro Cárdenas en México), otros eran periodistas (Haya de la Torre en Perú) o integrantes de la pequeña burguesía (Getulio Vargas en Brasil). Poseían cierto nivel cultural, pero se manejaban con un lenguaje sencillo facil de comprender por un electorado poco instruido. La extensión del sufragio a las masas populares fue una de las causas del populismo, ahora la política ya no era resuelta por unos pocos “doctores” o los generales sino que los sectores populares podían decidir con su voto. A esos sectores se dirigieron los lideres populistas.
El populismo carecía de definición ideológica y se proclamaba antisocialista y anticapitalista. Pero en realidad ni salieron del sistema capitalista ni lo reformaron demasiado, y en varios casos detuvieron el avance de los sectores de la izquierda marxista tanto a nivel político como sindical. Los populistas establecieron medidas de protección hacia los trabajadores, pero el movimiento obrero quedó sometido al poder político y fue hábilmente manipulado.
Los ejemplos típicos de gobiernos populistas fueron: Juan Domingo Perón en Argentina (desde 1946 a 1955), Getulio Vargas en Brasil (desde 1946 a 1954) y Lázaro Cárdenas en México (desde 1934 a 1940)

UN EJEMPLO DE POPULISMO: EL PERONISMO
Perón en 1944
Orígenes del peronismo.- En 1931 un golpe militar puso fin al gobierno de Hipólito Irigoyen representante del Partido Radical. En los años 30 hubo una sucesión de gobiernos militares y civiles con una tendencia conservadora. En 1943 un nuevo golpe volvió a poner a los militares al frente del gobierno argentino. El nuevo gobierno militar designó como Ministro de Trabajo al coronel Juan Domingo Perón, dando origen a su carrera política.
La industrialización que  se estaba dando en Argentina, favorecida por la Segunda Guerra Mundial, había provocado cambios sociales importantes: por un lado el surgimiento de una burguesía vinculada a la industria, nacionalista y partidaria de mantener una política exterior independiente y neutral. Por otro lado el crecimiento de la clase obrera, engrosada por el traslado de habitantes de las provincias hacia Buenos Aires (los “cabecitas negras”).
En el ejército surgió un grupo de oficiales jóvenes que coincidía con la burguesía en sus aspiraciones nacionalistas y desarrollistas, siendo partidarios de colocar las producciones básicas bajo el dominio del estado para mantener la independencia económica. Esos oficiales formaron una logia dentro del ejército, el GOU, Grupo de Oficiales Unidos, que tuvo activa participación en el golpe de 1943. Perón, que pertenecía al GOU, comenzó a ser conocido por las medidas que tomó desde el Ministerio de Trabajo que favorecían ala clase trabajadora argentina: estatuto del peón rural, normas de protección al trabajo de los obreros, congelación de los precios.
La popularidad de Perón no fue bien vista por los sectores más conservadores del ejército que, impulsados por los sectores económicos poderosos contrarios a las medidas de protección a los trabajadores, destituyeron a Perón y lo encarcelaron en octubre de 1945. La embajada de EEUU, que consideraba a Perón peligroso por su nacionalismo y lo acusaba de fascista, vio con simpatía su alejamiento del poder.
Pero una gran manifestación popular realizada el 17 de octubre, logró que Perón fuera liberado.
El gobierno militar convocó a elecciones y Perón, que había estado organizando a los sectores trabajadores, se presentó como candidato del Partido Justicialista. Enfrentó a una alianza de los demás sectores políticos y los derrotó, usando hábilmente la propaganda al plantear su gobierno como única alternativa ante la creciente influencia norteamericana. Utilizando a su favor la intromisión en los asuntos argentinos del embajador de EEUU, Braden,(que públicamente se había pronunciado contra Perón) la publicidad justicialista planteaba “Braden o Perón”.
El primer gobierno peronista (1946-51).- La Iglesia, el Ejército y el movimiento sindical fueron las organizaciones en las que se apoyó el peronismo. La Iglesia vio en Perón la figura capaz de lograr un equilibrio social y controlar a los obreros evitando su “izquierdización”.
El ejército no estuvo unido en su apoyo a Perón, pero este logró que la mayor parte los respaldara aumentando su presupuesto. Se crearon fábricas militares para construir desde aviones hasta automóviles.
El principal apoyo vino del movimiento sindical. Hasta la llegada de Perón al Ministerio de Trabajo, los obreros carecían de organización; los gremios tenían pocos integrantes y la mayoría de los trabajadores, de origen rural, no comprendían ni seguían a los dirigentes anarquistas, socialistas y comunistas. Con Perón surgió un nuevo sindicalismo, vinculado al Partido Justicialista y al poder. Se creó una central para unir a todos los sindicatos: la CGT (Confederación General de Trabajadores), cuyos dirigentes recibían cargos y beneficios económicos formando una “aristocracia” sindical.
Los trabajadores recibieron muchos beneficios, pero debían permanecer fieles a las orientaciones del gobierno. El control del sector sindical, permitía al gobierno mantener la paz a social que los inversores exigían. El peronismo se manifestaba antioligárquico, antiimperialista, pero también antimarxista y no creía en la lucha de clases.
Los aspectos más importantes de la obra realizada por el peronismo fueron:
- La estatización del Banco Central, los ferrocarriles, los teléfonos, el gas y la aviación.
- El estado controló el comercio exterior, decidiendo que productos se importaban y cuales no. Además el estado compraba la producción agrícola a los productores y la revendía al exterior.
- Se estimuló el desarrollo de la aviación, la marina mercante nacional y la industria, especialmente la industria liviana
- En materia social se concretaron mejoras en la situación de los trabajadores: aumentos salariales, vacaciones pagas y aguinaldo.
Perón y Evita en el balcón de la Casa Rosada
En cuanto al régimen político, fue autoritario. El sistema educativo dependió del gobierno. En los libros escolares se realizó un culto a la personalidad de Perón y su esposa, Evita. La universidad perdió autonomía. Los derechos individuales fueron limitados. Se establecieron restricciones o simplemente se eliminó a la prensa opositora.
El segundo gobierno peronista (1952-55) y su caída.- Para las elecciones de 1952, se postuló nuevamente Perón. La CGT quería que fuera acompañado por su esposa como candidata a la vice-presidencia. Eva Duarte, llamada popularmente Evita, había sido un importante apoyo en el primer gobierno peronista; incluso antes, cumplió un papel trascendente en la organización de la manifestación popular que devolvió a Perón la libertad (el 17 de octubre de 1945, celebrado por lo peronistas como Día de la Lealtad). Durante la primera presidencia de Perón se encargó del Ministerio de Trabajo, realizando muchas obras de ayuda hacia los trabajadores, las mujeres y los ancianos. La obra fue usada demagógicamente por la propaganda peronista, resaltando la personalidad de Evita como “abanderada de los humildes”. En la propaganda se ponía énfasis en su origen humilde, una “cabecita negra” que no negaba sus orígenes, aunque no ocultaba su gusto por las joyas, las pieles y los costosos vestidos.
La propuesta de que Evita fuera la vicepresidenta no prosperó, en parte por la grave enfermedad que tenía, (un cáncer que le provocó la muerte en 1952) y en parte por la oposición de los sectores más conservadores del peronismo y del ejército.
Aunque triunfó con el 60% de los votos, la segunda presidencia de Perón debió enfrentar serios problemas. Como pasó con otros gobiernos populistas de A. Latina, la situación internacional ya no era tan favorable para la economía. Frente a la crisis el gobierno redujo los salarios y, abandonado su postura nacionalista y antiimperialista, abrió la economía argentina al capital extranjero (por ejemplo yacimientos de petróleo entregados a la Standard Oil).
El régimen perdió el apoyo de la Iglesia Católica al aprobar la ley de divorcio y retirar la enseñanza religiosa de las escuelas públicas. El enfrentamiento se hizo más duro cuando sectores radicales del peronismo quemaron iglesias tras un fracasado golpe militar en febrero de 1955.
A pesar de que la CGT siguió siendo el apoyo principal, algunos sindicatos, como los metalúrgicos, escaparon al control del gobierno y realizaron huelgas. La falta de Evita se hizo sentir.
En setiembre de 1955, el general Lonardi encabezó un levantamiento militar. Perón no opuso resistencia, renunció y se marchó a un confortable exilio.




SEGUNDA PARTE: AMÉRICA LATINA EN LOS AÑOS 60


En el transcurso de las décadas del 60 y del 70 se produjeron alternativamente intentos de reformas, profundas crisis económicas, sociales y políticas, revoluciones o intentos de lograrlas y dictaduras. Se acentuó la dependencia económica con el mantenimiento de las situaciones de pobreza. Fue además una época caracterizada por las confrontaciones sociales y políticas agravadas por la presencia de la Revolución Cubana y el reforzamiento de la Guerra Fría en la región.

EL ESTANCAMIENTO ECONÓMICO
Fue consecuencia de varios factores relacionados:
- Baja de los precios internacionales de las materias primas exportadas por A. Latina. Los precios altos que habían alcanzado el cobre, el estaño, la carne, la lana, etc, durante la guerra no se mantuvieron.
- Deterioro en los términos de intercambio: los productos vendidos por A. Latina valían menos, pero los que compraba valían más; como resultado hubo que disponer de más dinero para importar productos. A eso hay que agregarle lo que se pagaba por fletes, ayuda técnica, etc.
- Aumento de la deuda externa. La balanza comercial desfavorable y el déficit de los presupuestos estatales (más gastos que ingresos de dinero) llevaron a buscar la solución a través de la solicitud de préstamos otorgados por otros países, por bancos privados extranjeros o por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional. Los préstamos estuvieron destinados , entre otras cosas a comprar maquinarias para las industrias y pagar la administración pública.
- Resistencia al cambio de las estructuras agrarias. Las reformas populistas de los años 40 y 50 no afectaron al latifundio. La tierra siguió concentrada en pocas manos. La mayor parte de la población latinoamericana vive en el campo, carece de tierras y de medios de vida suficientes como para consumir los productos realizados por las industrias latinoamericanas. Al quedar fuera del consumo estas masas de población, las industrias tuvieron menos ventas de las esperadas, disminuyeron la producción, los empleos y los salarios. Al haber menos poder adquisitivo en la ciudades, hubo una disminución en la demanda de productos agrícolas, cerrándose así un círculo económico negativo.

- Mayor presencia de las multinacionales. Muchas veces los países latinoamericanos presentaron ventajas para la instalación de empresas multinacionales: amplios mercados, recursos naturales, mano de obra, infraestructura relativamente desarrollada, regímenes políticos seguros. Se generalizaron las inversiones de empresas de origen norteamericano en sectores claves como la minería, el petróleo, las agroindustrias y los bancos.
- Descapitalización: salida de capitales hacia el exterior. Las mayor parte de las ganancias obtenidas por las empresas extranjeras que invertían en A. Latina, eran enviadas a los accionistas radicados en el exterior. A esto hay que agregar el pago de los intereses de la deuda y lo que se pagaba por las importaciones. Era mucho más el dinero que salía hacia los países desarrollados que el que estos invertían en Latinoamérica. Entre 1956 y 1960 hubo una salida de más de 6 mil millones de dólares . Esta pérdida de dinero impidió que los países de A. Latina se capitalizaran y tuvieran su propio dinero para invertir, aumentando la dependencia de los préstamos.
- La presencia del FMI significó una limitación a la labor de los gobiernos latinoamericanos. Los préstamos otorgados por el FMI o su aval como garantía para obtener préstamos de bancos extranjeros, se hacían a cambio de firmar “cartas intención” en las que los gobiernos se comprometían a cumplir con determinados requisitos (menor intervención del estado en la economía, restricción de préstamos baratos, devaluaciones, libre valor del dólar, etc). Esto implicó abandonar la política intervencionista y de estado benefactor que se venía realizando; como consecuencia disminuyó la protección a los sectores trabajadores y de pequeñas empresas, aumentando la conflictividad social.

LA SITUACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA
Una de las medidas tomadas por los gobiernos e base a las recomendaciones del FMi, fue la eliminación de los cambios múltiples, es decir que ya no podía haber un valor distinto para el dólar según para que se fuera a usar. Durante el período de crecimiento hacia adentro se pagaba a los exportadores un dolar barato para luego venderselo barato a los importadores de maquinaria y combustible o productos necesarios para el consumo popular. Si el dolar se iba a usar para importar productos que se podían hacer en Latinoamérica o que no eran necesarios, salía más caro.
La eliminación de esta diferencia en el valor del dólar y la devaluación de las monedas nacionales, significó un aumento de la ganancia de los exportadores y un encarecimiento de los productos importados.
Las devaluaciones trajeron inflación y por lo tanto aumento de precios, elevándose el costo de vida. La inflación afectó a los sectores que tenían ingresos fijos (asalariados, jubilados) y a los desocupados, aumentando las diferencias sociales.
La restricción a los créditos lesionó a los pequeños productores que, carentes de suficiente capital, no podían hacer frente a las necesidades económicas (aumento del precio de la maquinaria y los combustibles) y no pudieron renovar sus empresas.
Las clase medias urbanas que se habían acostumbrado a un consumo similar al de países desarrollados (vivienda propia, automóvil, electrodomésticos, vestimenta, vacaciones) vieron disminuir su poder de compra.
Esta situación provocó mayor conflictividad: huelgas y manifestaciones.
Los gobiernos nacionales tomaron medidas represivas contra los sindicatos y las organizaciones estudiantiles que se sumaron a las protestas. La represión y la falta de soluciones al estancamiento económico incentivaron la violencia política. Focos revolucionarios se dieron en varios países de América Latina tomando como ejemplo lo sucedido en Cuba.

LA REVOLUCIÓN CUBANA Y SUS CONSECUENCIAS
Cuba, una isla de las Antillas, adquirió importancia estratégica y comercial a partir del siglo XVIII. Su población indígena apenas sobrevivió al primer siglo de colonización española y fue sustituida por mano de obra esclava africana. Se formó así una sociedad multiétnica.
Su economía se basaba en las plantaciones de caña de azúcar. Políticamente fue el último territorio americano en independizarse de España, a fines del siglo XIX. En el corre de ese siglo los movimientos nacionalistas intentaron en varias ocasiones terminar con la colonización pero las revoluciones eran derrotadas. Finalmente, en 1898, EEUU intervino declarandole la guerra a España, lo que permitió a los rebeldes cubanos obtener su “independencia”. A esa altura ya existían importantes inversiones de capitales norteamericanos en las plantaciones azucareras.
El nuevo estado quedó bajo la influencia de EEUU, incluso su propia constitución establecía el derecho de los norteamericanos a intervenir en Cuba en caso de que se vieran afectados sus intereses (enmienda Platt de 1902).En varias ocasiones EEUU intervino militarmente en la isla: 1906, 1912, 1917, 1922 y 1933.
La economía cubana siguió basandose en la producción de azúcar cada vez más dominada por los capitales de EEUU. En 1950 casi el 50% de las tierras dedicadas a la caña de azúcar eran propiedad de empresas norteamericanas. EEUU también controlaba los servicios telefónicos, la electricidad, los ferrocarriles y la producción de níquel, además de controlar buena parte de los casinos y centros de diversión nocturna de La Habana.

Fidel Castro en 1961
 La caña de azúcar precisaba mucha mano de obra durante la cosecha pero luego esos trabajadores quedaban desempleados. Las condiciones de vida en el medio rural eran malas y existía una fuerte migración hacia las ciudadades.
Politicamente se sucedieron dictaduras que mantenían la situación económica y social incambiada. En 1933 una huelga general logró la caída del dictador Machado, y la creación de un gobierno democrático. Pero este no contó con el apoyo del EEUU que propició una nueva dictadura a cargo del sargento Fulgencio Batista. Este se mantuvo en el poder desde 1934 a 1959. En ese período se hicieron elecciones pero la oposición era perseguida y existía fraude.
Ante esa situación, en el año 1953, un grupo de jóvenes liderados por abogado Fidel Castro realizó un asalto al Cuartel Moncada, pero fracasó y los rebeldes fueron presos. Cuando volvieron a la libertad, Castro y otros rebeldes, se trasladaron a México donde prepararon una insurrección mayor.
La guerrilla de Sierra Maestra.- El 2 de diciembre de 1956, 80 hombres desembarcaron al sur de la isla. Entre ellos estaban Fidel Castro, su hermano Raúl y el argentino Ernesto “Che” Guevara. Descubiertos y atacados buscaron refugio en la zona montañosa y selvática, internándose los pocos sobrevivientes en la Sierra Maestra.
Ernesto "Che" Guevara
En la montaña se organizó un ejército revolucionario formado sobretodo por campesinos. Las operaciones guerrilleras se fueron ampliando al resto de la isla. El gobierno de Batista, acusado de incapacidad y corrupción no tenía respaldo popular y muchos vieron con simpatía la rebelión. Varios partidos se sumaron a la lucha contra Batista y se creó un Directorio Revolucionario. En las ciudades se sumaron las protestas, los sabotajes y finalmente, en marzo de 1957 fue asaltado el palacio presidencial. Batista, que ya no contaba ni con el respaldo de EEUU, huyó.
El 1 de enero de 1959 el ejército guerrillero entró a La Habana.

El enfrentamiento con EEUU.- Los primeros días después del triunfo de la revolución fueron de euforia en Cuba, aunque nadie tenía en claro que se proponían los triunfadores. Varios eran los que habían participado en la caída de Batista, pero el poder visible estaba en el ejército revolucionario formado en Sierra Maestra, cuyos líderes hablaban de hacer un gobierno nacionalista y antiimperialista.
Se creó un gobierno de coalición del que participaban varias fuerzas políticas; Fidel castro fue designado comandante del nuevo ejército. Los primeros pasos del nuevo gobierno fueron de carácter reformista. Pero luego las medidas fueron más profundas y la alianza se rompió. La reforma agraria, las nacionalizaciones de empresas extranjeras, el juicio a los criminales de guerra, la reducción del valor de los alquileres, el cierre de los casinos, alejó del gobierno a los sectores moderados, pertenecientes a la clase alta y vinculados a EEUU.
Las medidas del gobierno tampoco gustaron a EEUU que veía a Cuba como parte de su “zona de infleuncia”. Ante la nacionalización de empresas azucareras que estaban en manos de norteamericanos, el gobierno de EEUU decidió no comprar azúcar a Cuba. El gobierno cubano adquirió petróleo a la URSS; las refinerías que había en Cuba eran norteamericanas y se negaron a refinar el petróleo de origen soviético. Cuba reaccionó nacionalizando las refinerías.
Inicialmente ni Castro ni los otros dirigentes guerrilleros eran comunistas. Pero el enfrentamiento cada vez mayor con EEUU, los llevó a buscar el apoyo de la URSS, que se transformó en el nuevo mercado del azúcar cubano y el abastecedor de maquinaria, petróleo y, cuando las relaciones con EEUU fueron más tensas, de armamento.
En 1961, con la autorización del presidente John Kennedy, los servicios secretos norteamericanos prepararon una invasión a Cuba. Supuestamente se trataba de cubanos descontentos con el gobierno que se rebelaban. La invasión se organizó en Guatemala (donde EEUU había realizado una operación similar unos años atrás y había tenido éxito) y el lugar de la invasión fue Playa Girón (Bahía Cochinos). Pero la defensa realizada por el nuevo ejército cubano y la falta de apoyo a los invasores, hizo fracasar el plan.
Poco después Fidel Castro anunciaba la orientación socialista de su gobierno. Los sectores políticos que apoyaban la revolución formaron el Partido Comunista de Cuba que quedó como partido único.
Los primeros años de la revolución.-
En el plano económico se puso en marcha una reforma agraria que eliminó los latifundios. Se expropiaron las posesiones de más de 400 hectáreas y se repartieron entre pequeños propietarios y cooperativas.
Se estatizaron las grandes empresas industriales (por ejemplo las tabacaleras), los grandes almacenes, los bancos y las compañías eléctricas y telefónicas.
En la educación fue sin duda donde se observaron más logros. En Cuba, antes de la revolución, el 23% de la población no sabía leer ni escribir y de los niños en edad de ir a la escuela sólo la mitad lo hacía. El gobierno de Castro se propuso erradicar el analfabetismo. El año 1961 se declaró “Año de la educación”, se organizaron brigadas de jóvenes estudiantes y fueron enviadas por toda la isla para alfabetizar a la población. Unos 270 mil jóvenes participaron como brigadistas y al finalizar el año habían logrado alfabetizar a casi todos los analfabetos.
Desde el punto de vista político, luego del acercamiento a la URSS, Cuba se organizó siguiendo el modelo soviético: partido único, elecciones indirectas, imposibilidad de oposición o críticas fuera del partido. El Partido Comunista les dio a los revolucionarios la organización de la que carecían en un primer momento. El apoyo popular fue canalizado a través d e los Comités de Defensa de la Revolución, creados a nivel barrial
De Sierra Maestra a Los Andes.- En muchos países de América Latina los sectores políticos desconformes con la situación económica y social, vieron en la revolución cubana un modelo a seguir. En algunos casos porque no existía un sistema electoral que les garantizase la posibilidad de llegar al gobierno por esa vía; en otros por que se buscó un camino rápido para tener el poder y comenzar con las reformas, los sectores radicales se plantearon recurrir a la lucha armada.
Se trataba de sectores políticos nacionalistas, antiimperialistas y de tendencias populistas, algunos de origen socialista, aunque en general los partidos comunistas de América Latina se mantuvieron al margen y tuvieron una visión crítica de los movimientos guerrilleros.
Siguiendo al pie de la letra el análisis teórico realizado por Ernesto Che Guevara y el francés Regis Debray, se plantearon crear “focos” rebeldes en zonas de difícil acceso para las fuerzas militares (selvas, montañas) y allí formar una “zona liberada” donde los rebeldes establecerían su propio gobierno. Esas zonas, contando con el apoyo campesino, se irían extendiendo hasta tomar todo el país y lograr la derrota del gobierno. Para eso era necesario entrenarse y armarse.
La guerrilla tuvo como principales protagonistas a jóvenes, muchos de ellos intelectuales, de clase media, que tomaban como punto de referencia héroes históricos (Bolívar, Artigas, etc) y a los más recientes revolucionarios: Fidel Castro, el “Che” Guevara, el líder revolucionario chino Mao Zedong, el líder revolucionario de Vietnam Ho Chi Minh. Sus propuestas políticas eran simples y atractivas: reforma agraria, justicia social, antiimperialismo.
El gobierno cubano, con quien habían roto relaciones casi todos los países de América Latina (obedeciendo las presiones de EEUU), apoyó a las guerrillas. Primero fue un respaldo moral y  luego el apoyo material entrenando guerrilleros. En La Habana se creó la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad) con la finalidad de reunir a todos los movimientos guerrilleros y antiimperialistas del continente. En 1967 la OLAS se planteó como objetivo transformar a la cordillera de Los Andes en la Sierra Maestra de América del Sur.  O como dijo Guevara “crear dos, tres, muchos Vietnam”, haciendo referencia a la lucha que aquel país sostenía contra EEUU. En Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela y Argentina, se crearon guerrillas rurales. En otros países como Brasil y Uruguay apareció otra versión del “foco”: la guerrilla urbana.
En Bolivia la guerrilla contó con la participación del propio Ernesto Che Guevara quien consideraba que la situación geográfica y social de aquel país lo hacían el más apto para comenzar un movimiento que después se extendería al resto de los países. Pero la falta de apoyo de los campesinos y el poco respaldo político, aislaron a la guerrilla que fue derrotada tras la muerte del “Che” Guevara (8 de octubre de 1967).
En Perú la inestabilidad política se unió a movimientos populares campesinos surgidos en la zona de la sierra. Estudiantes y universitarios se establecieron en la zona y dirigieron la guerrilla, ocupando latifundios. Pero la acción del ejército y los escuadrones de la muerte (organizaciones creadas por los latifundistas para asesinar a los campesinos rebeldes) pusieron fin a la guerrilla.
En Colombia se vivieron años de mucha violencia política por la guerra entre conservadores y liberales, hasta que los dos bandos llegaron a un acuerdo para sucederse ne el gobierno, así que la lucha armada no era novedad para los colombianos. Las situaciones que se vivían entre los campesinos eran similares a la de otros países de Latinoamérica. En la amplia zona selvática que posee Colombia se formaron varios grupos guerrilleros, siendo los más importantes el Ejército de Liberación Nacional, dirigido por el sacerdote Camilo Torres, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Esta ha llegado a dominar un parte considerable del territorio colombiano y es en la actualidad el movimiento guerrillero más antiguo de América Latina.

En Uruguay la crisis económica golpeó duramente a los sectores más bajos y a la clase media. La década del 60 se inició con una creciente ola de reclamos y violencia. Se perdió la convivencia pacífica rompiéndose la negociación que había caracterizado a la política de este país. La principal organización armada fue el Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros), integrada mayoritariamente por miembros de la clase media, estudiantes, profesionales universitarios. Uno de los fundadores de la guerrilla tupamara, Raul Sendic, inició su acción en el norte del país, entre los trabajadores de los cultivos de caña de azúcar, “los peludos”, organizando varias marchas sobre Montevideo. Entre 1969 y 1972 el MLN desarrolló un enfrentamiento violento con la policía y el ejército. En 1972 el presidente Juan María Bordaberry declaró el estado de guerra interno y la ofensiva del ejército terminó con el movimiento guerrillero.

LA POLITICA DE EEUU PARA AMERICA LATINA
Luego de la Segunda Guerra Mundial llegó la decadencia de Europa. En América Latina Inglaterra perdió su influencia y fue sustituida por EEUU, que pasó a ser el proveedor de préstamos y el principal mercado para las exportaciones latinoamericanas.
Para canalizar y legitimar la influencia norteamericana en la región, se crearon una serie de organismos, que “ataban” a los paises latinoamericanos a las decisiones tomadas en Washington. En 1947 se firmó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que establecía un acuerdo de defensa militar entre los países firmantes. En 1948 se firmó la Carta de Bogotá por la cual se creaba la Organización de Estados Americanos (OEA) con el objetivo de solucionar los conflictos regionales y estimular la cooperación entre los países americanos. En ambos organismos era innegable la supremacía de EEUU sobre los otros países de la región y eran parte de las alianzas surgidas con la Guerra Fría.
EEUU estaba interesado que la situación política de los países americanos no tuviera muchos cambios para evitar una modificación en la relación de fuerzas con la URSS. Además había zonas donde existía un interés estratégico desde hacía mucho tiempo: el mar Caribe y Centroamérica. Ambas zonas estaban cercanas a EEUU y, en el caso de Centroamérica, allí se encontraba el Canal de Panamá que permitía la comunicación marítima de las dos costas norteamericanas. Además estaba el interés económico: América Latina suministraba materias primas y alimentos y recibía productos e inversiones de capital de EEUU.
Antes de la Segunda Guerra Mundial las intervenciones militares norteamericanas habían sido frecuentes en la región del Caribe y América Central; eran los años de la “política del garrote” iniciada por el presidente Thedoro Roosevelt a comienzos del siglo XX. A partir de 1933 las intervenciones militares fueron dejadas de lado por el presidente Franklin Roosevelt que inició la política de “buena vecindad”. EEUU recurrió a la diplomacia y las presiones económicas para mantener y aumentar su influencia.
Pero la Guerra Fría trajo nuevamente las intervenciones militares, aunque algunas fueran disimuladas. En 1954 en Guatemala el presidente electo por la mayoría de la población de ese país, Jacobo Arbenz, inició una reforma agraria que afectaba los intereses de la empresa norteamericana United Fruit. El gobierno norteamericano lanzó una ofensiva para desestabilizar y hacer caer ese gobierno, con una rebelión militar apoyada por la aviación norteamericana. EEUU justificó su accionar señalando que en Guatemala había una “infiltración comunista”. La acusación fue usada luego reiteradamente para justificar otras intervenciones y atacar a quines molestaban los intereses norteamericanos.
El triunfo de la revolución cubana, su enfrentamiento a los intereses de EEUU y el fracaso de una invasión para derribar al gobierno revolucionario, trajo novedades en las relaciones norteamericanas con Latinoamérica.
La Alianza Para el Progreso.- Poco después de asumir la presidencia de EEUU, John Kennedy dio a conocer sus intenciones de ayudar Latinoamérica. En febrero de 1961 envió a dos de sus principales asesores, Schlessinger y Mac Govern, para que realizaran un informe de la situación en la región. El informe no dejaba dudas sobre los problemas latinoamericanos. Allí se decía que de los 200 millones de habitantes, la mitad eran analfabetos; un 2% poseía el 50% de la riqueza, mientras que el 70% de la población vivía en la pobreza. En una reunión celebrada con los embajadores de los países de América Latina en Washington, Kennedy reconoció que los norteamericanos y muchos latinoamericanos aún no habían entendido la “urgente necesidad de liberar al pueblo de la pobreza, la ignorancia y la desesperación”.
En agosto de 1961 (pocos meses después de haber fracasado el intento de invasión a Cuba), se reunió en Punta del Este el Consejo Interamericano Económico y Social (CIES), organismo dependiente d ela Organización de Estado Americanos. Allí se discutió la propuesta de Kennedy y se aprobó con 20 votos a favor y la abstención de Cuba (que aún era miembro de la OEA).
El documento establecía la creación de una Alianza Para el Progreso (ALPRO) donde los países se comprometían a: fortalecer el sistema democrático, elevar el nivel de vida de la población, ampliar el número de viviendas, asegurar una justa remuneración para los trabajadores, acabar con el analfabetismo, impulsar reformas agrarias, estimular la empresa privada, acelerar la integración comercial y desarrollar programas de salud para prevenir enfermedades. El texto de la Alianza iba acompañado por otro documento conocido como Carta de Punta del Este donde se establecía un plazo de diez años para llevar adelante las reformas. Durante esos años se invertirían 100 mil millones de dólares: 80 mil millones los pondría A. Latina, 10 mil millones provenían de EEUU y los otros 10 mil millones de otras fuentes.
El delegado cubano a la reunión, Ernesto “Che” Guevara, fundamentó su abstención señalando que si bien compartía la declaración, creía que la Alianza fracasaría. Indicó que los préstamos de EEUU sólo fomentarían a las empresas privadas, y en especial a las norteamericanas establecidas en Latinoamérica; como estas empresas enviaban sus ganancias hacia EEUU, el dinero volvería hacia allá y no quedaría en los países pobres. Agregó que los precios de las materias primas exportadas por A. Latina seguirían bajando, la balanza comercial sería desfavorable y aumentaría el desempleo. “El desempleo -señalaba Guevara- significa una baja de los salarios; empieza la inflación y, entonces, en casi todos los países de América Latina entrará a jugar un papel preponderante el Fondo Monetario Internacional”.
Ocho años después de que la ALPRO se iniciara, un informe de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina, organismo de Naciones Unidas) señaló que los dólares que ingresaban a Latinoamérica por los planes de ayuda ran menos que los que salían rumbo a EEUU como ganancias de las inversiones realizadas por empresa norteamericanas. En abril de 1970 el senador norteamericano Edward Kennedy, hermano del impulsor de la Alianza, reconoció que “La ALPRO es un fiasco. Más del 30% de los habitantes de A. Latina mueren antes de los 40 años. La miseria, la alimentación insuficiente y las enfermedades consumen las fuerzas y las energías. El ritmo de crecimiento económico alcanzó en el decenio anterior un promedio de 1,8% anual. Es menor al que existía antes de la ALPRO. La tierra permanece en manos de una ínfima minoría”.






No hay comentarios:

Publicar un comentario