PRIMERA PARTE:LA SITUACIÓN ECONÓMICA Y SOCIAL ENTRE 1929 Y LOS AÑOS 50
EL MODELO DE CRECIMIENTO HACIA ADENTRO
Como
consecuencia de la crisis económica iniciada en EEUU en 1929, los
países de América Latina exportaron menos cantidad y a menor precio, ya
que sus habituales compradores, Europa y EEUU, limitaron las
importaciones.
El
descenso de los ingresos de dinero a los países latinoamericanos hizo
que el pago de las deudas externas fuese más difícil. Una de las medidas
tomadas para enfrentar los pagos de la deuda fue la reducción de las importaciones.
Los gobiernos de la región impusieron tasas arancelarias altas para
mejorar los ingresos estatales. Esto limitaba las importaciones. A esta
medida se sumó una devaluación de las monedas, lo que encarecía los
productos importados.
Por
todas estas razones, las burguesías latinoamericanas encontraron la
ocasión favorable para invertir capitales en la producción de bienes
manufacturados, es decir, crearon nuevas industrias y por lo tanto
aumentó el número de empleos. Este impulso se acentuó sobre todo en
países como México, Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Perú. Hubo
entonces un crecimiento del sector industrial orientado a satisfacer la
demanda interna de productos industrializados que antes se importaban. A
este proceso se le conoce como industrialización por sustitución de importaciones (modelo ISI o crecimiento hacia adentro).
La
Segunda Guerra Mundial acentuó este proceso industrializador en América
Latina, porque fue necesario producir artículos que ya no se podían
importar del continente europeo arrasado por la guerra.
Luego
de la guerra la industrialización tuvo una justificación teórica en las
ideas de la CEPAL (Comisión económica para América Latina, organismo
dependiente de las Naciones Unidas). Bajo la dirección del economista
argentino Raúl Prebisch, la CEPAL recomendaba a los países
latinoamericanos la industrialización acelerada como forma de obtener el
desarrollo. Estas ideas también se conocen como “estructuralismo” por
que planteaban la necesidad de cambiar las estructuras económicas para
lograr el desarrollo económico y el progreso social.
Por la crisis y los
cambios económicos que la siguieron, las sociedades latinoamericanas
sufrieron grandes cambios. Al tiempo que se detenía casi por completo la
llegada de inmigrantes desde Europa, los problemas económicos obligaron a emigrar hacia la ciudad a importantes sectores de población rural.
Hacia 1930 la población latinoamericana era predominantemente
rural. Esta situación comienza a cambiar a partir de ese año: se
observa un crecimiento de algunas ciudades en desmedro del campo y de
las ciudades más chicas que se convierten en expulsoras de sus
habitantes. En un primer momento las migraciones del campo a la ciudad
se explican por la crisis que afectó a los sectores agropecuarios. Luego
se agrega la tecnificación de la producción agrícola y el atractivo del
mejor sueldo en las industrias que se creaban en las ciudades. En 1925
el 62% de la población trabajadora estaba ocupada en el campo; en 1945
esa cifra se había reducido a 45%.
Pero
los puestos de trabajo que ofrecía la ciudad eran inferiores a la
cantidad de migrantes campesinos, lo que contribuyó a mantener bajos los
salarios. La consecuencia fue que se formaron áreas muy pobres, dentro y
alrededor de las ciudades, caracterizadas por la precariedad de la
vivienda. Estos asentamientos de población mostraban con claridad las
enormes diferencias económicas que separaban a los sectores populares
que vivían en ellos, de los sectores medios y altos, que comenzaron a
buscar nuevas ubicaciones para sus confortables viviendas.
TRANSFORMACIONES POLÍTICAS: LOS POPULISMOS
Se
llama populismo a algunos movimientos políticos desarrollados en
América latina en los años 30 y 40, que se caracterizaron por su
oposición a las oligarquías, su rechazo a los partidos tradicionales, su
falta de ideas definidas y la búsqueda del apoyo popular. En lo
económico impulsaron la intervención del estado, el proteccionismo a las
industrias y denunciaron el imperialismo a que eran sometidas las
economías nacionales.
En
cada país donde se dieron los populismos, las características fueron
variando, pero en general se puede decir que respetaron el sistema de
elecciones y el voto universal, aunque fueron gobiernos “fuertes” con un
dominio absoluto del aparato estatal, restricciones a las libertades individuales y culto al líder.
Los
gobiernos populistas tomaron medidas “populares” destinadas a ganarse
la simpatía de la población y obtener el apoyo electoral. El populismo
en América Latina es un fenómeno político que se desarrolló después que
el sufragio se hizo universal y por lo tanto el voto de las amplias
mayorías decidía quien gobernaba. Los líderes populistas usaron un
lenguaje entendible por las masas y en muchos casos apelaron al discurso
emocional y a decir aquellas cosas “que el pueblo quería escuchar”.
Las
medidas que favorecieron a los sectores populares y a las clases medias
(aumentos salariales, salud pública, extensión de la educación, etc) no
solo se tomaron para obtener votos sino con un fin económico: mejorar
el nivel de vida y el poder adquisitivo de grandes sectores de la
población para tener un mercado interno que consumiera la producción
nacional. La industria sustitutiva de importaciones necesitaba ese
mercado; su vez esas industrias generaban empleo para esos mismos
sectores de población. Para algunos historiadores en el populismo se
produce un “acuerdo” entre la burguesía industrial y las masas obreras:
la burguesía industrial ganaba al aumentar sus ventas y los obreros se
beneficiaban al tener trabajo y mejores salarios.
Otra características de los populismos fue la existencia de un líder carismático, un dirigente que contaba con capacidad de mando y era seguido ciegamente por la población. Los
líderes populistas no pertenecían a los sectores populares, pero se
entendían muy bien con ellos. Algunos líderes fueron militares (Juan D.
Perón en Argentina, Lázaro Cárdenas en México), otros eran periodistas
(Haya de la Torre en Perú) o integrantes de la pequeña burguesía
(Getulio Vargas en Brasil). Poseían cierto nivel cultural, pero se
manejaban con un lenguaje sencillo facil de comprender por un electorado
poco instruido. La extensión del sufragio a las masas populares fue una
de las causas del populismo, ahora la política ya no era resuelta por
unos pocos “doctores” o los generales sino que los sectores populares
podían decidir con su voto. A esos sectores se dirigieron los lideres
populistas.
El populismo carecía de definición ideológica y se proclamaba antisocialista y anticapitalista.
Pero en realidad ni salieron del sistema capitalista ni lo reformaron
demasiado, y en varios casos detuvieron el avance de los sectores de la
izquierda marxista tanto a nivel político como sindical. Los populistas
establecieron medidas de protección hacia los trabajadores, pero el
movimiento obrero quedó sometido al poder político y fue hábilmente manipulado.
Los
ejemplos típicos de gobiernos populistas fueron: Juan Domingo Perón en
Argentina (desde 1946 a 1955), Getulio Vargas en Brasil (desde 1946 a
1954) y Lázaro Cárdenas en México (desde 1934 a 1940)
UN EJEMPLO DE POPULISMO: EL PERONISMO
Perón en 1944 |
La industrialización que se
estaba dando en Argentina, favorecida por la Segunda Guerra Mundial,
había provocado cambios sociales importantes: por un lado el surgimiento
de una burguesía vinculada a la industria, nacionalista y partidaria de
mantener una política exterior independiente y neutral. Por otro lado
el crecimiento de la clase obrera, engrosada por el traslado de
habitantes de las provincias hacia Buenos Aires (los “cabecitas
negras”).
En
el ejército surgió un grupo de oficiales jóvenes que coincidía con la
burguesía en sus aspiraciones nacionalistas y desarrollistas, siendo
partidarios de colocar las producciones básicas bajo el dominio del
estado para mantener la independencia económica. Esos oficiales formaron
una logia dentro del ejército, el GOU, Grupo de Oficiales Unidos, que
tuvo activa participación en el golpe de 1943. Perón, que pertenecía al
GOU, comenzó a ser conocido por las medidas que tomó desde el Ministerio
de Trabajo que favorecían ala clase trabajadora argentina: estatuto del
peón rural, normas de protección al trabajo de los obreros, congelación
de los precios.
La
popularidad de Perón no fue bien vista por los sectores más
conservadores del ejército que, impulsados por los sectores económicos
poderosos contrarios a las medidas de protección a los trabajadores,
destituyeron a Perón y lo encarcelaron en octubre de 1945. La embajada
de EEUU, que consideraba a Perón peligroso por su nacionalismo y lo
acusaba de fascista, vio con simpatía su alejamiento del poder.
El
gobierno militar convocó a elecciones y Perón, que había estado
organizando a los sectores trabajadores, se presentó como candidato del Partido Justicialista.
Enfrentó a una alianza de los demás sectores políticos y los derrotó,
usando hábilmente la propaganda al plantear su gobierno como única
alternativa ante la creciente influencia norteamericana. Utilizando a su
favor la intromisión en los asuntos argentinos del embajador de EEUU,
Braden,(que públicamente se había pronunciado contra Perón) la
publicidad justicialista planteaba “Braden o Perón”.
El primer gobierno peronista (1946-51).- La Iglesia, el Ejército y el movimiento sindical
fueron las organizaciones en las que se apoyó el peronismo. La Iglesia
vio en Perón la figura capaz de lograr un equilibrio social y controlar a
los obreros evitando su “izquierdización”.
El
ejército no estuvo unido en su apoyo a Perón, pero este logró que la
mayor parte los respaldara aumentando su presupuesto. Se crearon
fábricas militares para construir desde aviones hasta automóviles.
El
principal apoyo vino del movimiento sindical. Hasta la llegada de Perón
al Ministerio de Trabajo, los obreros carecían de organización; los
gremios tenían pocos integrantes y la mayoría de los trabajadores, de
origen rural, no comprendían ni seguían a los dirigentes anarquistas,
socialistas y comunistas. Con Perón surgió un nuevo sindicalismo,
vinculado al Partido Justicialista y al poder. Se creó una central para
unir a todos los sindicatos: la CGT (Confederación General de
Trabajadores), cuyos dirigentes recibían cargos y beneficios económicos
formando una “aristocracia” sindical.
Los
trabajadores recibieron muchos beneficios, pero debían permanecer
fieles a las orientaciones del gobierno. El control del sector sindical,
permitía al gobierno mantener la paz a social que los inversores
exigían. El peronismo se manifestaba antioligárquico, antiimperialista,
pero también antimarxista y no creía en la lucha de clases.
Los aspectos más importantes de la obra realizada por el peronismo fueron:
- La estatización del Banco Central, los ferrocarriles, los teléfonos, el gas y la aviación.
-
El estado controló el comercio exterior, decidiendo que productos se
importaban y cuales no. Además el estado compraba la producción agrícola
a los productores y la revendía al exterior.
- Se estimuló el desarrollo de la aviación, la marina mercante nacional y la industria, especialmente la industria liviana
-
En materia social se concretaron mejoras en la situación de los
trabajadores: aumentos salariales, vacaciones pagas y aguinaldo.
Perón y Evita en el balcón de la Casa Rosada |
El segundo gobierno peronista (1952-55) y su caída.-
Para las elecciones de 1952, se postuló nuevamente Perón. La CGT quería
que fuera acompañado por su esposa como candidata a la
vice-presidencia. Eva Duarte, llamada popularmente Evita,
había sido un importante apoyo en el primer gobierno peronista; incluso
antes, cumplió un papel trascendente en la organización de la
manifestación popular que devolvió a Perón la libertad (el 17 de octubre
de 1945, celebrado por lo peronistas como Día de la Lealtad). Durante
la primera presidencia de Perón se encargó del Ministerio de Trabajo,
realizando muchas obras de ayuda hacia los trabajadores, las mujeres y
los ancianos. La obra fue usada demagógicamente por la propaganda
peronista, resaltando la personalidad de Evita como “abanderada de los
humildes”. En la propaganda se ponía énfasis en su origen humilde, una
“cabecita negra” que no negaba sus orígenes, aunque no ocultaba su gusto
por las joyas, las pieles y los costosos vestidos.
La
propuesta de que Evita fuera la vicepresidenta no prosperó, en parte
por la grave enfermedad que tenía, (un cáncer que le provocó la muerte
en 1952) y en parte por la oposición de los sectores más conservadores
del peronismo y del ejército.
Aunque
triunfó con el 60% de los votos, la segunda presidencia de Perón debió
enfrentar serios problemas. Como pasó con otros gobiernos populistas de
A. Latina, la situación internacional ya no era tan favorable para la
economía. Frente a la crisis el gobierno redujo los salarios y,
abandonado su postura nacionalista y antiimperialista, abrió la economía
argentina al capital extranjero (por ejemplo yacimientos de petróleo
entregados a la Standard Oil).
El
régimen perdió el apoyo de la Iglesia Católica al aprobar la ley de
divorcio y retirar la enseñanza religiosa de las escuelas públicas. El
enfrentamiento se hizo más duro cuando sectores radicales del peronismo
quemaron iglesias tras un fracasado golpe militar en febrero de 1955.
A
pesar de que la CGT siguió siendo el apoyo principal, algunos
sindicatos, como los metalúrgicos, escaparon al control del gobierno y
realizaron huelgas. La falta de Evita se hizo sentir.
En
setiembre de 1955, el general Lonardi encabezó un levantamiento
militar. Perón no opuso resistencia, renunció y se marchó a un
confortable exilio.
SEGUNDA PARTE: AMÉRICA LATINA EN LOS AÑOS 60
En
el transcurso de las décadas del 60 y del 70 se produjeron
alternativamente intentos de reformas, profundas crisis económicas,
sociales y políticas, revoluciones o intentos de lograrlas y dictaduras.
Se acentuó la dependencia económica con el mantenimiento de las
situaciones de pobreza. Fue además una época caracterizada por las
confrontaciones sociales y políticas agravadas por la presencia de la
Revolución Cubana y el reforzamiento de la Guerra Fría en la región.
EL ESTANCAMIENTO ECONÓMICO
Fue consecuencia de varios factores relacionados:
- Baja de los precios internacionales de las materias primas exportadas por A. Latina. Los precios altos que habían alcanzado el cobre, el estaño, la carne, la lana, etc, durante la guerra no se mantuvieron.
- Deterioro en los términos de intercambio:
los productos vendidos por A. Latina valían menos, pero los que
compraba valían más; como resultado hubo que disponer de más dinero para
importar productos. A eso hay que agregarle lo que se pagaba por
fletes, ayuda técnica, etc.
- Aumento de la deuda externa.
La balanza comercial desfavorable y el déficit de los presupuestos
estatales (más gastos que ingresos de dinero) llevaron a buscar la
solución a través de la solicitud de préstamos otorgados por otros
países, por bancos privados extranjeros o por organismos internacionales
como el Fondo Monetario Internacional. Los préstamos estuvieron
destinados , entre otras cosas a comprar maquinarias para las industrias
y pagar la administración pública.
- Resistencia al cambio de las estructuras agrarias.
Las reformas populistas de los años 40 y 50 no afectaron al latifundio.
La tierra siguió concentrada en pocas manos. La mayor parte de la
población latinoamericana vive en el campo, carece de tierras y de
medios de vida suficientes como para consumir los productos realizados
por las industrias latinoamericanas. Al quedar fuera del consumo estas
masas de población, las industrias tuvieron menos ventas de las
esperadas, disminuyeron la producción, los empleos y los salarios. Al
haber menos poder adquisitivo en la ciudades, hubo una disminución en la
demanda de productos agrícolas, cerrándose así un círculo económico
negativo.
- Mayor presencia de las multinacionales.
Muchas veces los países latinoamericanos presentaron ventajas para la
instalación de empresas multinacionales: amplios mercados, recursos
naturales, mano de obra, infraestructura relativamente desarrollada,
regímenes políticos seguros. Se generalizaron las inversiones de
empresas de origen norteamericano en sectores claves como la minería, el
petróleo, las agroindustrias y los bancos.
- Descapitalización: salida de capitales hacia el exterior.
Las mayor parte de las ganancias obtenidas por las empresas extranjeras
que invertían en A. Latina, eran enviadas a los accionistas radicados
en el exterior. A esto hay que agregar el pago de los intereses de la
deuda y lo que se pagaba por las importaciones. Era mucho más el dinero
que salía hacia los países desarrollados que el que estos invertían en
Latinoamérica. Entre 1956 y 1960 hubo una salida de más de 6 mil
millones de dólares . Esta pérdida de dinero impidió que los países de
A. Latina se capitalizaran y tuvieran su propio dinero para invertir,
aumentando la dependencia de los préstamos.
- La presencia del FMI significó una limitación a la labor de los gobiernos latinoamericanos.
Los préstamos otorgados por el FMI o su aval como garantía para obtener
préstamos de bancos extranjeros, se hacían a cambio de firmar “cartas
intención” en las que los gobiernos se comprometían a cumplir con
determinados requisitos (menor intervención del estado en la economía,
restricción de préstamos baratos, devaluaciones, libre valor del dólar,
etc). Esto implicó abandonar la política intervencionista y de estado
benefactor que se venía realizando; como consecuencia disminuyó la
protección a los sectores trabajadores y de pequeñas empresas,
aumentando la conflictividad social.
LA SITUACIÓN SOCIAL Y POLÍTICA
Una
de las medidas tomadas por los gobiernos e base a las recomendaciones
del FMi, fue la eliminación de los cambios múltiples, es decir que ya no
podía haber un valor distinto para el dólar según para que se fuera a
usar. Durante el período de crecimiento hacia adentro se pagaba a los
exportadores un dolar barato para luego venderselo barato a los
importadores de maquinaria y combustible o productos necesarios para el
consumo popular. Si el dolar se iba a usar para importar productos que
se podían hacer en Latinoamérica o que no eran necesarios, salía más
caro.
La
eliminación de esta diferencia en el valor del dólar y la devaluación
de las monedas nacionales, significó un aumento de la ganancia de los
exportadores y un encarecimiento de los productos importados.
Las devaluaciones trajeron inflación
y por lo tanto aumento de precios, elevándose el costo de vida. La
inflación afectó a los sectores que tenían ingresos fijos (asalariados,
jubilados) y a los desocupados, aumentando las diferencias sociales.
La
restricción a los créditos lesionó a los pequeños productores que,
carentes de suficiente capital, no podían hacer frente a las necesidades
económicas (aumento del precio de la maquinaria y los combustibles) y
no pudieron renovar sus empresas.
Las
clase medias urbanas que se habían acostumbrado a un consumo similar al
de países desarrollados (vivienda propia, automóvil, electrodomésticos,
vestimenta, vacaciones) vieron disminuir su poder de compra.
Esta situación provocó mayor conflictividad: huelgas y manifestaciones.
Los gobiernos nacionales tomaron medidas represivas
contra los sindicatos y las organizaciones estudiantiles que se sumaron
a las protestas. La represión y la falta de soluciones al estancamiento
económico incentivaron la violencia política. Focos revolucionarios se
dieron en varios países de América Latina tomando como ejemplo lo
sucedido en Cuba.
LA REVOLUCIÓN CUBANA Y SUS CONSECUENCIAS
Cuba,
una isla de las Antillas, adquirió importancia estratégica y comercial a
partir del siglo XVIII. Su población indígena apenas sobrevivió al
primer siglo de colonización española y fue sustituida por mano de obra
esclava africana. Se formó así una sociedad multiétnica.
Su
economía se basaba en las plantaciones de caña de azúcar. Políticamente
fue el último territorio americano en independizarse de España, a fines
del siglo XIX. En el corre de ese siglo los movimientos nacionalistas
intentaron en varias ocasiones terminar con la colonización pero las
revoluciones eran derrotadas. Finalmente, en 1898, EEUU intervino
declarandole la guerra a España, lo que permitió a los rebeldes cubanos
obtener su “independencia”. A esa altura ya existían importantes
inversiones de capitales norteamericanos en las plantaciones azucareras.
El
nuevo estado quedó bajo la influencia de EEUU, incluso su propia
constitución establecía el derecho de los norteamericanos a intervenir
en Cuba en caso de que se vieran afectados sus intereses (enmienda Platt
de 1902).En varias ocasiones EEUU intervino militarmente en la isla:
1906, 1912, 1917, 1922 y 1933.
La
economía cubana siguió basandose en la producción de azúcar cada vez
más dominada por los capitales de EEUU. En 1950 casi el 50% de las
tierras dedicadas a la caña de azúcar eran propiedad de empresas
norteamericanas. EEUU también controlaba los servicios telefónicos, la
electricidad, los ferrocarriles y la producción de níquel, además de
controlar buena parte de los casinos y centros de diversión nocturna de
La Habana.
La
caña de azúcar precisaba mucha mano de obra durante la cosecha pero
luego esos trabajadores quedaban desempleados. Las condiciones de vida
en el medio rural eran malas y existía una fuerte migración hacia las
ciudadades.
Fidel Castro en 1961 |
Politicamente
se sucedieron dictaduras que mantenían la situación económica y social
incambiada. En 1933 una huelga general logró la caída del dictador
Machado, y la creación de un gobierno democrático. Pero este no contó
con el apoyo del EEUU que propició una nueva dictadura a cargo del
sargento Fulgencio Batista. Este se mantuvo en el poder desde
1934 a 1959. En ese período se hicieron elecciones pero la oposición era
perseguida y existía fraude.
Ante esa situación, en el año 1953, un grupo de jóvenes liderados por abogado Fidel Castro
realizó un asalto al Cuartel Moncada, pero fracasó y los rebeldes
fueron presos. Cuando volvieron a la libertad, Castro y otros rebeldes,
se trasladaron a México donde prepararon una insurrección mayor.
La guerrilla de Sierra Maestra.-
El 2 de diciembre de 1956, 80 hombres desembarcaron al sur de la isla.
Entre ellos estaban Fidel Castro, su hermano Raúl y el argentino Ernesto
“Che” Guevara. Descubiertos y atacados buscaron refugio en la zona
montañosa y selvática, internándose los pocos sobrevivientes en la
Sierra Maestra.
Ernesto "Che" Guevara |
El 1 de enero de 1959 el ejército guerrillero entró a La Habana.
El enfrentamiento con EEUU.-
Los primeros días después del triunfo de la revolución fueron de
euforia en Cuba, aunque nadie tenía en claro que se proponían los
triunfadores. Varios eran los que habían participado en la caída de
Batista, pero el poder visible estaba en el ejército revolucionario
formado en Sierra Maestra, cuyos líderes hablaban de hacer un gobierno nacionalista y antiimperialista.
Se
creó un gobierno de coalición del que participaban varias fuerzas
políticas; Fidel castro fue designado comandante del nuevo ejército. Los
primeros pasos del nuevo gobierno fueron de carácter reformista. Pero
luego las medidas fueron más profundas y la alianza se rompió. La
reforma agraria, las nacionalizaciones de empresas extranjeras, el
juicio a los criminales de guerra, la reducción del valor de los
alquileres, el cierre de los casinos, alejó del gobierno a los sectores
moderados, pertenecientes a la clase alta y vinculados a EEUU.
Las
medidas del gobierno tampoco gustaron a EEUU que veía a Cuba como parte
de su “zona de infleuncia”. Ante la nacionalización de empresas
azucareras que estaban en manos de norteamericanos, el gobierno de EEUU
decidió no comprar azúcar a Cuba. El gobierno cubano adquirió petróleo a
la URSS; las refinerías que había en Cuba eran norteamericanas y se
negaron a refinar el petróleo de origen soviético. Cuba reaccionó
nacionalizando las refinerías.
Inicialmente
ni Castro ni los otros dirigentes guerrilleros eran comunistas. Pero el
enfrentamiento cada vez mayor con EEUU, los llevó a buscar el apoyo de
la URSS, que se transformó en el nuevo mercado del azúcar cubano y el
abastecedor de maquinaria, petróleo y, cuando las relaciones con EEUU
fueron más tensas, de armamento.
En
1961, con la autorización del presidente John Kennedy, los servicios
secretos norteamericanos prepararon una invasión a Cuba. Supuestamente
se trataba de cubanos descontentos con el gobierno que se rebelaban. La
invasión se organizó en Guatemala (donde EEUU había realizado una
operación similar unos años atrás y había tenido éxito) y el lugar de la
invasión fue Playa Girón (Bahía Cochinos). Pero la defensa
realizada por el nuevo ejército cubano y la falta de apoyo a los
invasores, hizo fracasar el plan.
Poco
después Fidel Castro anunciaba la orientación socialista de su
gobierno. Los sectores políticos que apoyaban la revolución formaron el
Partido Comunista de Cuba que quedó como partido único.
Los primeros años de la revolución.-
En el plano económico se puso en marcha una reforma agraria
que eliminó los latifundios. Se expropiaron las posesiones de más de
400 hectáreas y se repartieron entre pequeños propietarios y
cooperativas.
Se estatizaron
las grandes empresas industriales (por ejemplo las tabacaleras), los
grandes almacenes, los bancos y las compañías eléctricas y telefónicas.
En
la educación fue sin duda donde se observaron más logros. En Cuba,
antes de la revolución, el 23% de la población no sabía leer ni escribir
y de los niños en edad de ir a la escuela sólo la mitad lo hacía. El
gobierno de Castro se propuso erradicar el analfabetismo. El año
1961 se declaró “Año de la educación”, se organizaron brigadas de
jóvenes estudiantes y fueron enviadas por toda la isla para alfabetizar a
la población. Unos 270 mil jóvenes participaron como brigadistas y al
finalizar el año habían logrado alfabetizar a casi todos los
analfabetos.
Desde
el punto de vista político, luego del acercamiento a la URSS, Cuba se
organizó siguiendo el modelo soviético: partido único, elecciones
indirectas, imposibilidad de oposición o críticas fuera del partido. El
Partido Comunista les dio a los revolucionarios la organización de la
que carecían en un primer momento. El apoyo popular fue canalizado a
través d e los Comités de Defensa de la Revolución, creados a nivel
barrial
De Sierra Maestra a Los Andes.-
En muchos países de América Latina los sectores políticos desconformes
con la situación económica y social, vieron en la revolución cubana un
modelo a seguir. En algunos casos porque no existía un sistema electoral
que les garantizase la posibilidad de llegar al gobierno por esa vía;
en otros por que se buscó un camino rápido para tener el poder y
comenzar con las reformas, los sectores radicales se plantearon recurrir
a la lucha armada.
Se
trataba de sectores políticos nacionalistas, antiimperialistas y de
tendencias populistas, algunos de origen socialista, aunque en general
los partidos comunistas de América Latina se mantuvieron al margen y
tuvieron una visión crítica de los movimientos guerrilleros.
Siguiendo
al pie de la letra el análisis teórico realizado por Ernesto Che
Guevara y el francés Regis Debray, se plantearon crear “focos” rebeldes
en zonas de difícil acceso para las fuerzas militares (selvas, montañas)
y allí formar una “zona liberada” donde los rebeldes establecerían su
propio gobierno. Esas zonas, contando con el apoyo campesino, se irían
extendiendo hasta tomar todo el país y lograr la derrota del gobierno.
Para eso era necesario entrenarse y armarse.
La
guerrilla tuvo como principales protagonistas a jóvenes, muchos de
ellos intelectuales, de clase media, que tomaban como punto de
referencia héroes históricos (Bolívar, Artigas, etc) y a los más
recientes revolucionarios: Fidel Castro, el “Che” Guevara, el líder
revolucionario chino Mao Zedong, el líder revolucionario de Vietnam Ho
Chi Minh. Sus propuestas políticas eran simples y atractivas: reforma
agraria, justicia social, antiimperialismo.
El
gobierno cubano, con quien habían roto relaciones casi todos los países
de América Latina (obedeciendo las presiones de EEUU), apoyó a las
guerrillas. Primero fue un respaldo moral y luego el apoyo material entrenando guerrilleros. En La Habana se creó la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad)
con la finalidad de reunir a todos los movimientos guerrilleros y
antiimperialistas del continente. En 1967 la OLAS se planteó como
objetivo transformar a la cordillera de Los Andes en la Sierra Maestra
de América del Sur. O como dijo
Guevara “crear dos, tres, muchos Vietnam”, haciendo referencia a la
lucha que aquel país sostenía contra EEUU. En Bolivia, Perú, Colombia,
Venezuela y Argentina, se crearon guerrillas rurales. En otros países
como Brasil y Uruguay apareció otra versión del “foco”: la guerrilla
urbana.
En Bolivia
la guerrilla contó con la participación del propio Ernesto Che Guevara
quien consideraba que la situación geográfica y social de aquel país lo
hacían el más apto para comenzar un movimiento que después se extendería
al resto de los países. Pero la falta de apoyo de los campesinos y el
poco respaldo político, aislaron a la guerrilla que fue derrotada tras
la muerte del “Che” Guevara (8 de octubre de 1967).
En Perú
la inestabilidad política se unió a movimientos populares campesinos
surgidos en la zona de la sierra. Estudiantes y universitarios se
establecieron en la zona y dirigieron la guerrilla, ocupando
latifundios. Pero la acción del ejército y los escuadrones de la muerte
(organizaciones creadas por los latifundistas para asesinar a los
campesinos rebeldes) pusieron fin a la guerrilla.
En Colombia
se vivieron años de mucha violencia política por la guerra entre
conservadores y liberales, hasta que los dos bandos llegaron a un
acuerdo para sucederse ne el gobierno, así que la lucha armada no era
novedad para los colombianos. Las situaciones que se vivían entre los
campesinos eran similares a la de otros países de Latinoamérica. En la
amplia zona selvática que posee Colombia se formaron varios grupos
guerrilleros, siendo los más importantes el Ejército de Liberación
Nacional, dirigido por el sacerdote Camilo Torres, y las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia (FARC). Esta ha llegado a dominar un parte
considerable del territorio colombiano y es en la actualidad el
movimiento guerrillero más antiguo de América Latina.
En Uruguay
la crisis económica golpeó duramente a los sectores más bajos y a la
clase media. La década del 60 se inició con una creciente ola de
reclamos y violencia. Se perdió la convivencia pacífica rompiéndose la
negociación que había caracterizado a la política de este país. La
principal organización armada fue el Movimiento de Liberación Nacional
(MLN-Tupamaros), integrada mayoritariamente por miembros de la clase
media, estudiantes, profesionales universitarios. Uno de los fundadores
de la guerrilla tupamara, Raul Sendic, inició su acción en el
norte del país, entre los trabajadores de los cultivos de caña de
azúcar, “los peludos”, organizando varias marchas sobre Montevideo.
Entre 1969 y 1972 el MLN desarrolló un enfrentamiento violento con la
policía y el ejército. En 1972 el presidente Juan María Bordaberry
declaró el estado de guerra interno y la ofensiva del ejército terminó
con el movimiento guerrillero.
LA POLITICA DE EEUU PARA AMERICA LATINA
Luego
de la Segunda Guerra Mundial llegó la decadencia de Europa. En América
Latina Inglaterra perdió su influencia y fue sustituida por EEUU, que
pasó a ser el proveedor de préstamos y el principal mercado para las
exportaciones latinoamericanas.
Para
canalizar y legitimar la influencia norteamericana en la región, se
crearon una serie de organismos, que “ataban” a los paises
latinoamericanos a las decisiones tomadas en Washington. En 1947 se
firmó el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), que
establecía un acuerdo de defensa militar entre los países firmantes. En
1948 se firmó la Carta de Bogotá por la cual se creaba la Organización
de Estados Americanos (OEA) con el objetivo de solucionar los conflictos
regionales y estimular la cooperación entre los países americanos. En
ambos organismos era innegable la supremacía de EEUU sobre los otros
países de la región y eran parte de las alianzas surgidas con la Guerra
Fría.
EEUU
estaba interesado que la situación política de los países americanos no
tuviera muchos cambios para evitar una modificación en la relación de
fuerzas con la URSS. Además había zonas donde existía un interés
estratégico desde hacía mucho tiempo: el mar Caribe y Centroamérica.
Ambas zonas estaban cercanas a EEUU y, en el caso de Centroamérica, allí
se encontraba el Canal de Panamá que permitía la comunicación marítima
de las dos costas norteamericanas. Además estaba el interés económico:
América Latina suministraba materias primas y alimentos y recibía
productos e inversiones de capital de EEUU.
Antes
de la Segunda Guerra Mundial las intervenciones militares
norteamericanas habían sido frecuentes en la región del Caribe y América
Central; eran los años de la “política del garrote” iniciada por el
presidente Thedoro Roosevelt a comienzos del siglo XX. A partir de 1933
las intervenciones militares fueron dejadas de lado por el presidente
Franklin Roosevelt que inició la política de “buena vecindad”. EEUU
recurrió a la diplomacia y las presiones económicas para mantener y
aumentar su influencia.
Pero
la Guerra Fría trajo nuevamente las intervenciones militares, aunque
algunas fueran disimuladas. En 1954 en Guatemala el presidente electo
por la mayoría de la población de ese país, Jacobo Arbenz, inició una
reforma agraria que afectaba los intereses de la empresa norteamericana
United Fruit. El gobierno norteamericano lanzó una ofensiva para
desestabilizar y hacer caer ese gobierno, con una rebelión militar
apoyada por la aviación norteamericana. EEUU justificó su accionar
señalando que en Guatemala había una “infiltración comunista”. La
acusación fue usada luego reiteradamente para justificar otras
intervenciones y atacar a quines molestaban los intereses
norteamericanos.
El
triunfo de la revolución cubana, su enfrentamiento a los intereses de
EEUU y el fracaso de una invasión para derribar al gobierno
revolucionario, trajo novedades en las relaciones norteamericanas con
Latinoamérica.
La Alianza Para el Progreso.-
Poco después de asumir la presidencia de EEUU, John Kennedy dio a
conocer sus intenciones de ayudar Latinoamérica. En febrero de 1961
envió a dos de sus principales asesores, Schlessinger y Mac Govern, para
que realizaran un informe de la situación en la región. El informe no
dejaba dudas sobre los problemas latinoamericanos. Allí se decía que de
los 200 millones de habitantes, la mitad eran analfabetos; un 2% poseía
el 50% de la riqueza, mientras que el 70% de la población vivía en la
pobreza. En una reunión celebrada con los embajadores de los países de
América Latina en Washington, Kennedy reconoció que los norteamericanos y
muchos latinoamericanos aún no habían entendido la “urgente necesidad de liberar al pueblo de la pobreza, la ignorancia y la desesperación”.
En
agosto de 1961 (pocos meses después de haber fracasado el intento de
invasión a Cuba), se reunió en Punta del Este el Consejo Interamericano
Económico y Social (CIES), organismo dependiente d ela Organización de
Estado Americanos. Allí se discutió la propuesta de Kennedy y se aprobó
con 20 votos a favor y la abstención de Cuba (que aún era miembro de la
OEA).
El documento establecía la creación de una Alianza Para el Progreso (ALPRO)
donde los países se comprometían a: fortalecer el sistema democrático,
elevar el nivel de vida de la población, ampliar el número de viviendas,
asegurar una justa remuneración para los trabajadores, acabar con el
analfabetismo, impulsar reformas agrarias, estimular la empresa privada,
acelerar la integración comercial y desarrollar programas de salud para
prevenir enfermedades. El texto de la Alianza iba acompañado por otro
documento conocido como Carta de Punta del Este donde se establecía un
plazo de diez años para llevar adelante las reformas. Durante esos años
se invertirían 100 mil millones de dólares: 80 mil millones los pondría
A. Latina, 10 mil millones provenían de EEUU y los otros 10 mil millones
de otras fuentes.
El
delegado cubano a la reunión, Ernesto “Che” Guevara, fundamentó su
abstención señalando que si bien compartía la declaración, creía que la
Alianza fracasaría. Indicó que los préstamos de EEUU sólo fomentarían a
las empresas privadas, y en especial a las norteamericanas establecidas
en Latinoamérica; como estas empresas enviaban sus ganancias hacia EEUU,
el dinero volvería hacia allá y no quedaría en los países pobres.
Agregó que los precios de las materias primas exportadas por A. Latina
seguirían bajando, la balanza comercial sería desfavorable y aumentaría
el desempleo. “El desempleo -señalaba Guevara- significa una baja de
los salarios; empieza la inflación y, entonces, en casi todos los países
de América Latina entrará a jugar un papel preponderante el Fondo
Monetario Internacional”.
Ocho
años después de que la ALPRO se iniciara, un informe de la CEPAL
(Comisión Económica para América Latina, organismo de Naciones Unidas)
señaló que los dólares que ingresaban a Latinoamérica por los planes de
ayuda ran menos que los que salían rumbo a EEUU como ganancias de las
inversiones realizadas por empresa norteamericanas. En abril de 1970 el
senador norteamericano Edward Kennedy, hermano del impulsor de la
Alianza, reconoció que “La ALPRO es un fiasco. Más del 30% de los
habitantes de A. Latina mueren antes de los 40 años. La miseria, la
alimentación insuficiente y las enfermedades consumen las fuerzas y las
energías. El ritmo de crecimiento económico alcanzó en el decenio
anterior un promedio de 1,8% anual. Es menor al que existía antes de la
ALPRO. La tierra permanece en manos de una ínfima minoría”.
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